CIUDAD DEL VATICANO
El papa Francisco condenó ayer “los numerosos escándalos” que han azotado a la iglesia, al reconocer que son “una vergüenza”, en momentos en que un enviado de la Santa Sede comparece ante un organismo de la ONU por los abusos sexuales cometidos por religiosos.
“¿Nos avergonzamos? Tantos escándalos que yo no quiero mencionar singularmente, pero que todos sabemos cuáles... Escándalos, en los que algunos han tenido que pagar caro: ¡Y eso está bien! Se debe hacer así... ¡La vergüenza de la Iglesia!”, exclamó el papa argentino durante la homilía de la mañana en la residencia Santa Marta. Se trata de la condena más severa pronunciada por el pontífice latinoamericano contra los escándalos por pedofilia en la Iglesia.
“¿Pero nos hemos avergonzado de estos escándalos, de estas derrotas de sacerdotes, obispos, laicos?”, se interrogó.
Esos personajes “no tenían una relación con Dios. Tenían una posición en la Iglesia, una posición de poder, y también de comodidad, pero no la palabra de Dios”, añadió. El Papa lamentó también que la Iglesia se haya convertido en el mundo en emblema de corrupción, convirtiéndose en motivo de burla de la gente.
presión de la ONU. Expertos de Naciones Unidas en protección infantil interrogaron el jueves a delegados del Vaticano sobre cómo autoridades católicas manejaron los abusos a menores por parte de sacerdotes.
Los funcionarios, convocados por primera vez desde que la Santa Sede firmó el estatuto de la ONU de los derechos del niño en 1990, argumentaron que la Iglesia reconoció el problema y estableció pautas claras para proteger a los menores.
Pero miembros del Comité de Naciones Unidas por los Derechos del Niño y las víctimas de abusos que asistieron a la sesión en Ginebra exigieron más transparencia sobre un escándalo que ha perseguido a la Iglesia por más de 2 décadas desde Irlanda a Australia.
“La visión del comité es que la mejor manera de evitar abusos es revelar los (abusos) previos, transparencia en vez de barrer los delitos debajo de la alfombra”, dijo Kirsten Sandberg, presidenta del influyente comité de 18 miembros, a la delegación del Vaticano. “Parece que hasta la fecha sus procedimientos no son muy transparentes”, agregó.
Sandberg presionó reiteradamente a los funcionarios para que se abran archivos del Vaticano sobre casos de abuso sexual y pagar compensaciones a jóvenes que sufrieron una violación por parte de sacerdotes.
“Tomamos sus preguntas con seriedad pero no estamos en una posición de responderle ahora”, dijo el arzobispo Silvano Tomasi, quien encabeza la delegación religiosa. Barbara Blaine, presidenta de la Red de Sobrevivientes de personas abusadas por sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés), que tiene 15.000 miembros estadounidenses y 4.000 extranjeros desde que se lanzó 25 años atrás.