“Emigrar debería ser una elección libre y nunca la única posible. De hecho, el derecho de migrar para muchos se ha convertido en una obligación mientras que debería existir un derecho a no migrar para poder quedarse en su tierra”, dijo desde la ventana del Palacio Apostólico ante cientos de fieles en la Plaza de San Pedro.
Francisco, que el sábado regresó de la ciudad francesa de Marsella después de participar en los Encuentros Mediterráneos, hizo esta reflexión en un día en el que la Iglesia católica celebra la 109ª Jornada Mundial del Migrante, este año bajo el lema “libres de migrar o permanecer”.
“Es necesario que a cada hombre y mujer se le garantice la posibilidad de vivir dignamente en la sociedad en la que se encuentra”, sostuvo.
Sin embargo, lamentó, “la miseria, la guerra y la crisis climática empujan a muchas personas a escapar”.
“Por eso estamos llamados a crear comunidades preparadas y abiertas a acoger, promover, acompañar e integrar a quienes llaman a nuestra puerta”, señaló, para después pedir la oración de los fieles por Ucrania y por su pueblo que “sufre tanto” por la guerra.
DEPEDIDA A NAPOLITANO. Por otra parte, el papa Francisco acudió este domingo por sorpresa a la capilla ardiente del ex presidente de la República italiana Giorgio Napolitano, fallecido el viernes a los 98 años y ante cuyo féretro pasaron también los protagonistas de la vida política del país.
La despedida de Napolitano, primer exponente del Partido Comunista italiano en ocupar el mayor cargo del Estado entre los años 2006 y 2015, durará hasta el martes, cuando se celebrará un funeral de Estado laico, sin alusiones religiosas, en la Cámara de Diputados. El Senado alberga hasta hoy la capilla ardiente del ex jefe del Estado y, en una de sus salas, se instaló el féretro cubierto por una sencilla bandera italiana y a sus pies un cojín de terciopelo con el Cordón de la Gran Cruz de la República. EFE