05 ago. 2025

Pandemia golpea salud y economía de los más vulnerables en CDE

Si bien la pandemia golpea a todos por igual, la necesidad se siente con mayor fuerza en los sectores más vulnerables, aunque rescata uno de los valores más paraguayos: la solidaridad.

Ayuda. Voluntarios preparan viandas y llevan al Hospital Regional y al Hospital Integrado para médicos y familias de pacientes.

Ayuda. Voluntarios preparan viandas y llevan al Hospital Regional y al Hospital Integrado para médicos y familias de pacientes.

La gente sobrevive como puede con familiares enfermos y desempleados. Muchos incluso tuvieron que vender lo poco que tenían para tratar de juntar recursos y hacer frente a los gatos que demandan los pacientes enfermos por Covid-19 en Ciudad del Este.

La crisis económica está lejos de su final en una ciudad que vive del comercio, el cual también se ve afectado por la pandemia, a pesar de que la frontera está abierta desde octubre del año pasado. La capital departamental cuenta con 125 asentamientos donde viven alrededor de 15.000 familiares.

Muchos ciudadanos de los sectores vulnerables no pueden trabajar ya que están montando guardia tanto en el Hospital Regional de Ciudad del Este como en el Hospital Integrado Respiratorio Alto Paraná (Ministerio de Salud-Instituto de Previsión Social). Esta situación, de por sí complicada, también despierta lo más noble del paraguayo, que es el sentido de solidaridad.

El padre Fulgencio Ferreira, de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, junto con 30 voluntarios, lleva viandas todos los viernes a personas que esperan noticias de sus familiares internados en los centros médicos que tratan a pacientes con Covid en Alto Paraná.

MARMITAS. Desde hace dos meses, con recursos obtenidos a partir de donaciones y aportes semanales, vienen asistiendo a estas personas. “Tenemos un equipo de trabajo de voluntarios. Los jueves cortamos las verduras y los viernes cocinamos desde las 15:00”.

“Llevamos 200 marmitas, que las distribuimos entre los dos hospitales, además de agua y unos 40 pañales para los enfermos que están en terapia intensiva, personas que están intubadas. Los pañales consigo con alumnos y profesores de la Católica (Universidad) y personas de buena voluntad”, explicó. Relató que además de la crisis económica y sanitaria, también está muy afectado en la comunidad el aspecto sicológico. “Por eso un grupo de nuestros voluntarios se dedica a escribir mensajes de motivación, mensajes de esperanzas, para esta gente que está allí esperando noticias de sus familiares internados”, dijo.

Hay mucha necesidad, expresó el sacerdote, pero también hay mucha gente que ayuda. “Hay personas que mensualmente aportan para esta tarea. Nosotros usamos 14 kilos de carnaza, 10 kilos de arroz, 4 kilos de tomate, 4 kilos de locote, 4 kilos de cebollas, un kilo y medio de ajo, un kilo de sal y cuatro litros de aceite, todos los viernes”.

Por su parte, para Iván Airaldi, coordinador de las mipymes de Ciudad del Este, la pandemia está dejando a cientos de familias desmembradas, en quiebra y endeudadas. Los fallecidos en esta pandemia no son solo cifras, no forman solo parte de una estadística, indicó. “Detrás hay familias, papás, mamás, abuelos, abuelas, hijos, hijas que tenían un papel muy importante dentro de las familias, eran personas que sostenían el hogar o eran hijos que ayudaban con los ingresos dentro de casa y hoy esas familias están destruidas, están sin ningún tipo de soporte, están a su suerte más que nada y están con muchísimas deudas”, señaló. Insistió en que son muchas las familias con deudas, con casas hipotecadas, vehículos que tuvieron que malvender. “Quitar préstamos absurdos para poder intentar salvar a algún familiar, mientras sigue habiendo sectores del Gobierno con privilegios”, enfatizó.