Tras 18 meses de cuarentena por el Covid-19, por fin las autoridades sanitarias dan noticias más alentadoras sobre la posibilidad de reanudar plenamente las actividades económicas, sociales, recreativas y religiosas, entre otras.
El panorama es mucho más alentador en relación con lo que fue el primer semestre del año, cuando se registraron picos de contagios y fallecimientos a causa de la enfermedad.
Pese a que la cuestión sanitaria no estaba nada bien, mucho sectores económicos, extremando cuidados y asumiendo riesgos, siguieron con las actividades habituales a fin de mantener el nivel de producción y evitar mayores pérdidas.
Esa actitud de no parar y seguir generando riqueza es lo que está ayudando al país a mantener la economía relativamente estable en su crecimiento.
Sin embargo, un hecho que no estaba en la agenda del consumidor es que, tras la liberalización de las actividades, se daría un aumento de los precios de varios productos de la canasta familiar.
Los últimos informes del Banco Central del Paraguay dan cuenta de una sostenida suba de los precios que se mantuvieron relativamente estables durante la pandemia.
Ahora, sin embargo, reconocidos analistas ya hablan de que los precios seguirán subiendo en lo que resta del año. Mientras el BCP mantiene su proyección de 4,5% de inflación, otras consultoras estiman que la suba general de precios será en torno al 6%.
De acuerdo con los analistas este de aumento de precios de los productos se está dando básicamente debido a un mayor consumo y la otra explicación señala que se debe a una menor producción de ciertos productos que fueron afectados por las heladas y la falta de lluvias.
Esta menor oferta de productos hace que suban los precios al consumidor final. Los productores justifican el encarecimiento en que deben realizar mayores inversiones o gastos para producir.
Tal es el caso de los ganaderos, lecheros y avicultores. Todos estos sectores se ven duramente afectados por la falta de lluvias o el encarecimiento de los balanceados utilizados para alimentar al ganado.
Otro factor que incide en la suba de precios de la carne especialmente es la mayor exportación y los buenos precios que pagan los mercados internacionales.
En el caso de las frutas y hortalizas, el factor climático es lo que más está incidiendo para la suba de los precios. Los pronósticos señalan que persistirá la escasez de lluvia, por lo que son de esperar más complicaciones para la producción de frutas y hortalizas.
Un tercer factor que incide en los precios es la suba del dólar. Un elevado porcentaje de productos para el consumo son importados. También se importan materias primas para su industrialización.
A la suba del dólar se le agregan los mayores costos de transporte de los productos importados, sobre todo los que vienen vía fluvial. Hoy día, por la bajante de los ríos Paraguay y Paraná, los costos de transporte se encarecieron.
Tampoco hay que descartar el factor especulativo, en el sentido de que muchos oferentes, al percatarse de una mayor demanda por parte del consumidor, automáticamente elevan los precios. También están los que alzan el precio solo porque otros productos subieron, pese a que sus costos operativos se mantienen invariables.
Analistas económicos están sugiriendo al BCP que tome medidas más agresivas para evitar un mayor encarecimiento de los productores, especialmente de la canasta familiar. Pues existe el riesgo de que la inflación se salga de los parámetros normales ante el dinamismo que está tomando la economía tras superar año y medio de encierro y restricciones.
La Secretaría de Defensa del Consumidor también debería estar atenta a la movida de precios en el mercado local.