17 jun. 2025

Oparei

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

En una sola larga noche y madrugada, el gobierno del presidente Mario Abdo Benítez se asomó al borde del precipicio y sintió el vértigo de su inminente caída; pero en las horas siguientes –como un anti-Moisés republicano sudoroso y aliviado–, logró atravesar la encrespada marea que se abrió ante su paso... aunque fuera solo una marea de funcionarios públicos y militantes colorados, arreados apuradamente en horario laboral para pintar un improvisado decorado de calor popular.

No se ha revelado qué fue lo que Marito pudo haber negociado directa o indirectamente con su principal contrincante político, el ex presidente Horacio Cartes, para que este ordene a sus legisladores del movimiento Honor Colorado que retiren su apoyo al juicio político y salven la cabeza del presidente –y de paso, el de su aliado y cada vez más salpicado vicepresidente–, luego de que ya habían decidido horas antes su inminente destitución por “traición a la patria”. La justificación dada por el diputado Pedro Alliana, de que al anularse el acta de la discordia simplemente ya desaparecía la presunta traición, no la creen ni sus propios compañeros de movimiento.

No se sabe qué es lo que Marito negoció a cambio de salvarse. Se especula que fue un paquete: no tocar al vicepresidente Velázquez, no avanzar en las investigaciones sobre conexiones locales y lavado de dinero en el caso Messer, echar a Carlos Arregui como ministro de la Seprelad en cuanto sea posible, entre otros puntos. Podría haber despejado las dudas con su esperado discurso del jueves, pero no lo hizo. Se perdió en generalidades huecas y vacías, y dejó aún más alta la percepción de impunidad ante los graves posibles delitos de lesión de confianza y traición a la patria. Si tenía una oportunidad de oro para reivindicarse ante la ciudadanía, la dejó pasar.

Oparei es la palabra que se escuchó con mayor frecuencia en las calles y que se leyó con más contundencia en las redes sociales. Un gran sector de la población –que nos había sorprendido gratamente por las reacciones y las movilizaciones indignadas ante las revelaciones de posturas entreguistas en las negociaciones sobre la compra de energía de Itaipú ante el Brasil, y que ha expresado una saludable conciencia de defensa de la soberanía energética– quedó desilusionada por la manera liviana en que la clase política ha pretendido echar un manto de olvido sobre todo lo sucedido.

Oparei puede traducirse del guaraní popular como “terminó en la nada”, pero también equivale en términos más políticos a la palabra “impunidad”. La amenaza de juicio político al intento de cometer traición a la patria terminó en la nada y corremos el grave riesgo de que además quede en la impunidad, como tantos otros delitos que se cometen contra el Paraguay, contra la dignidad, contra la esperanza. Oparei. ¿Acaso vamos a permitirlo?

Aunque probablemente una gran parte de la población no desea que el país sea nuevamente sometido a otra experiencia traumática de que un gobierno sea juzgado y pueda ser derribado a menos de un año de su mandato, existen otras instancias en la institucionalidad democrática que deben ser agotadas para que no se instale la impunidad. Seguir con las investigaciones desde la Justicia, desde el Congreso, desde los medios periodísticos, desde las instancias de la misma ciudadanía, para sacar a luz todo el oscuro negociado que al parecer se ha estado operando en torno a la comercialización de la energía. Determinar categóricamente la responsabilidad que ha tenido el vicepresidente Hugo Velázquez y su relación con el entorno empresarial del ex presidente Cartes y del actual presidente brasileño Jair Bolsonaro, y en caso de confirmarse su responsabilidad, exigir su renuncia o su destitución inmediata, como su procesamiento en la Justicia, así como de todos quienes resulten implicados, sin obviar al propio presidente.

Una ciudadanía activa y una prensa investigadora pueden lograr que la Justicia actúe como debe ser. Es la única manera de evitar que se siga imponiendo el oparei.