El obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, habló en su homilía de ayer sobre las consecuencias que trae consigo alejarse del camino de Cristo. “Perdemos el dominio de nosotros mismos, y muchas veces el sentido, somos duros y descalificadores para con los hermanos. Estas cosas, actitudes y comportamientos que contaminan y enrarecen nuestra convivencia, hacen que nuestra vida cotidiana sea agobiante, perturbada y tóxica. Se escucha mucho hoy en día la vigencia de las personas tóxicas”, manifestó. Por ello, “es urgente” poner en práctica las enseñanzas de Jesús y “dejar de ser esas personas arrogantes, indiferentes”, remarcó. Y señaló como ejemplo algunas actitudes a practicar como la bondad, la amabilidad y la generosidad.
ALARMANTE. Valenzuela exhortó también a revertir las escalofriantes cifras de abuso de menores y violencia contra la mujer. Más aún, luego de que en enero pasado se registraron 1.130 denuncias de abusos de menores. “En un solo mes, 1.130 familias sufrieron la brutalidad de hechos detestables de violencia contra menores”, resaltó. Parafraseó a una jueza que ante el incremento de feminicidios afirmó que “el lugar más inseguro para una mujer es su propia casa, su hogar”. “Tocamos estos temas porque parece que todo va creciendo y no puede ser. Debe conmovernos y perturbar nuestra conciencia para cambiar. No puede ser que la oscuridad nos esté ganando terreno”, cerró. DB