16 jun. 2025

Obispo insta a estar alegres y evitar pecar en la Navidad

Cierre. La fiesta de la Virgen culminó con una procesión alrededor de la Basílica, tras la misa.

Cierre. La fiesta de la Virgen culminó con una procesión alrededor de la Basílica, tras la misa.

Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé, cerró la festividad mariana con un mensaje bien eclesiástico, aunque no por eso socialmente menos importante: instó a no pasarse “la raya” durante estas fiestas de fin de año, especialmente en la Navidad, de modo a evitar accidentes o crímenes.

La fiesta patronal por la Virgen de los Milagros de Caacupé concluyó ayer luego de 17 días ininterrumpidos de rezos, alabanzas y oraciones a la Santa Patrona de los paraguayos católicos.

La homilía de la misa de la octava estuvo orientada a fijar la mirada en el comportamiento de la feligresía que en masa participó de la liturgia presidida por el obispo de la Capital Espiritual del país.

Contrario y muy lejos del fuerte mensaje político que lanzó tras la misa del 8 de diciembre, Valenzuela centró su sermón en el legado de obediencia que dejó la Santísima Madre Celestial ante las palabras de su hijo Jesús.

“Estamos a diez días de la Navidad ¿Cómo vamos a celebrar ese día y la víspera? ¿Cuál es el mejor regalo que le vamos a ofrecer a nuestro Señor Jesucristo? Ojalá que no sea como muchas personas suelen hacer: con muchos pecados, con mucha ofensa al Señor”, apuró hacia el epílogo de su prédica en la que llamó a recibir “con alegría” este tiempo de adviento por la proximidad de la Natividad.

Y prosiguió en tono dramático: “Esos días, la imprudencia, la bebida, pasar la raya, tomar el vehículo, carreras, accidentes, muerte en los hospitales y otros mueren instantáneamente, ofensas, humillaciones, crímenes, pecados aquí y allá. ¿Así vamos a recibir a Dios?”, lanzó a la multitud que colmó la explanada de la Basílica Santuario. Es por eso que instó a los fieles a imitar a María que siempre siguió, indulgente, la voluntad de Dios.

“Nuestra Madre nos mira y nos recalca: ‘Hagan todo lo que mi hijo les diga’”, lanzó el obispo al sugerir una oración para estos días en que se recuerda el nacimiento de Jesucristo: “Dios mío necesito que nazcas de nuevo en mi vida”, exclamó en un rezo. Dijo es necesario invocar de este modo a Dios porque muchos católicos se han vuelto desobedientes a la palabra del Señor.

JÚBILO. Valenzuela enfatizó que en este tiempo del advenimiento de la Buena Nueva, se debe atesorar la alegría para así alejar a la tristeza.

“La alegría es uno de los frutos del Espíritu Santo y no tenemos que perderla. A causa del pecado, sí perdemos esa alegría (...) Por lo tanto, para alcanzar a Dios y tener la virtud, siempre tenemos que estar alegres y cuidar nuestra alegría”, apuntó.

De acuerdo al obispo, con el “cumplimiento alegre de nuestros deberes” se puede hacer mucho bien a sí mismo y también a quienes lo rodean a uno. “Esa alegría es lo que lleva a Dios, los cristianos siempre tenemos que estar alegres”, insistió. DB


¿Cómo vamos a celebrar ese día y la víspera? Ojalá que no sea como muchas personas suelen hacer: con muchos pecados.
Ricardo Valenzuela,
obispo de Caacupé.