“Se sabe desde hace mucho tiempo que la IRGC, la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, tiene una división especial para el traslado de armas y agentes a sus puntos de intereses político-militares”, relata la fuente en el artículo. “Esta gente opera varias líneas aéreas con nombres que van cambiando mientras arman y desarman empresas para tapar las operaciones militares que realizan con esos aviones supuestamente civiles. Pero los aviones siguen siendo los mismos. El Boeing que tienen ustedes ahí en Ezeiza es muy antiguo, tiene 36 años de uso –la mayoría de los aviones son descartados después de 30 años– y voló para diferentes aerolíneas que maneja el IRGC”, agrega la fuente.
También aclara que el avión retenido en Buenos Aires sigue siendo iraní, ya que el acuerdo de venta a Venezuela aún no fue finiquitado. “Legalmente el avión todavía sigue siendo de la empresa iraní Mahan Air. Se supone que está en leasing bajo la ‘bandera de confort’ de la aerolínea nacional de Venezuela y que forma parte de un acuerdo más amplio que incluye armas y petróleo”, aclara el hombre que prefiere que su identidad permanezca en el anonimato.
Según esta versión, Gholamreza Ghasemi, el piloto iraní, fue CEO de Iranian Naft Airlines, para la que viajó como representante en varios foros en Teherán y Asia Central.