23 abr. 2024

“No hay que pensar que todo está en manos de las autoridades para afrontar la pandemia”

Para el diplomático, las medidas adoptadas en Paraguay son las que corresponden para mitigar la propagación del coronavirus, pero resalta que la conducta individual es clave en estos momentos.

Aislado. El embajador de la UE no oculta su dolor por lo que pasa en su país natal, Italia.

Aislado. El embajador de la UE no oculta su dolor por lo que pasa en su país natal, Italia.

El embajador Berizzi cuenta que no sale un paso desde el viernes. Desde Asunción sigue con dolor y tristeza lo que ocurre en su país de origen, Italia, y en el resto del mundo por los estragos que produce el virus Covid-19, principalmente por la cantidad de pérdidas humanas que ya ha provocado y por los impactos en las economías nacionales y mundial. Pero también sigue atento a las decisiones adoptadas aquí por el Gobierno Nacional para evitar que más personas se contagien. Hace un llamado a la responsabilidad individual que, a criterio suyo, es clave ahora.

–¿Cómo está viviendo en Paraguay las acciones impulsadas desde el Gobierno para prevenir, afrontar y mitigar la propagación y el impacto del Covid-19?

–Tengo una opinión muy positiva de lo que hizo hasta ahora el Gobierno, lo que están haciendo las instituciones paraguayas, porque tomaron muy temprano las medidas. Fueron uno de los primeros en el continente americano con esas medidas restrictivas que había que tomar. Tal vez, por la capacidad de mirar lo que estaba pasando en Asia y Europa, tomaron la disposición del distanciamiento social ya desde muy temprano. Entonces, lo veo bien. El ministro de Salud está haciendo un gran trabajo en lo que se puede preparar en el tema de la Salud Pública para una eventual crisis de mayor envergadura, que es probable que habrá seguramente con un aumento del número de contagios, porque es lo que está pasando en muchísimos países del mundo. La idea es mantener la curva de contagiados bastante baja y que no lleguemos a un pico muy alto que podría saturar el sistema sanitario. Evalúo positivamente también que se hayan tomado medidas económicas.

–Para mucha gente que vive el día a día, el quedarse en casa le es un imperativo complicado y de difícil cumplimiento…

–Paraguay es uno de los países en que, por ejemplo, el “quédate en casa” tiene un significado diferente para mucha gente que no tiene una casa suficientemente grande o no tiene una casa o recursos para el sustento diario. Son cosas que hay que tener en cuenta y que efectivamente son diferentes en países europeos donde hay un sistema sanitario y un sistema de protección social. Si la persona cae, hay una red de protección social.

Entonces esto que se está haciendo, me parece que es lo que se tenía que hacer. Ahora bien, no hay que pensar que todo lo que se puede hacer para luchar contra el Covid-19 está en las manos de las autoridades. El ejemplo que veo en Europa es que los que tienen que hacer algo son las personas. Se trata de un contagio entre personas, sin importar nacionalidad. Entonces, la responsabilidad principal recae en el comportamiento de la gente. Las instituciones definen un marco muy bueno hasta ahora que establece que las personas no se tienen que mover. Por tanto, individualmente somos responsables no solo de nuestra salud, sino de la salud de los demás.

–Eso implica un nivel de conciencia que no todos lo tienen…

–Si uno lee el decreto sobre lo que se puede o no se puede hacer, y luego digo, sí pero quiero ir a comprar algo que no es indispensable, pero ver de todas maneras, porque es solo a 500 metros de distancia. Voy andando y regreso, me estoy dando una excepción que no está prevista en el decreto y ese es un comportamiento individual irresponsable. Hay que cumplir con la ley, si yo estoy infectado, puedo infectar a los demás. Si no lo estoy, puedo tocar una superficie donde quedó parte del fluido corporal de otra persona, y me puedo infectar.

Hay cosas que hay que cuidar mucho. No hay que tomar riesgos innecesarios. Si se impone una regla, dentro de esta emergencia sanitaria, hay que aplicarla cien por ciento sin excepciones.

–Debe ser duro para un representante de la Unión Europea, asistir a este escenario de pandemia, en un país sudamericano y lejos del continente de donde en estos momentos provienen las informaciones e imágenes más dramáticas sobre los estragos que está causando el coronavirus, ¿cómo lo está sobrellevando?

–Es doloroso, porque en Europa ya tenemos más de 150 mil contagiados y más de 10 mil fallecidos. Y vamos a un ritmo de más de mil fallecidos por día en todo el continente. Solo en mi país, Italia, hoy hay más de 700 fallecidos. Esto es muy triste, naturalmente, pero nos debe llamar mucho la atención, para que no se repita en el resto del mundo.

Aquí tienen la ventaja de ver unos desgraciados ejemplos anteriores. Estos nos tienen que decir que hay que guardar el distanciamiento social. Es la única forma de evitar el contagio y la epidemia en nuestro país. Si no lo hacemos personalmente y no solo esto, sino que si permitimos que nuestros hijos, nuestros vecinos, familiares no respeten el distanciamiento social, vamos a ser cómplices de esta situación que se puede crear. Por eso insisto en que la responsabilidad es muy individual, por algo que puede pasar a toda la colectividad. Tenemos que tomar este tema, muy, muy en serio. Mis padres están en casa, en Italia, tienen 80 años, están solos y salen solo para lo que está estipulado que pueden hacerlo. Yo estoy en Asunción y desde el viernes no estoy saliendo para nada. Hay que respetar las reglas.

–Afortunadamente hoy día las tecnologías de comunicación permiten a muchos mantenerse en contacto con los familiares y amigos… ¿no?

–Efectivamente, para los que pueden utilizarlas y tienen acceso a ellas, claro que sí, pero no todos pueden. Pero seguro que esto está dando ideas a todos. Veo que varias actividades económicas que no eran tecnologizadas, ahora se están tecnologizando rápidamente para sobrevivir o para reducir el perjuicio económico que se está creando.

–El gran desafío aquí es ganar tiempo y tratar de ampliar lo más posible la infraestructura sanitaria para el peor momento de la pandemia. Pero vemos que en el primer mundo, que tiene mayores sistemas sanitarios, igual nada parece suficiente. Es una situación inédita. ¿Qué opina al respecto?

–Bueno, estamos enfrentados a una pandemia, y la característica de esta es que al mismo tiempo está pasando en muchos países del mundo. Esto tiene una consecuencia y es que hay una escasez de recursos que son demandados o necesitan al mismo tiempo 100 a 150 países en el mundo. Hablamos de mascarillas, respiradores, camas de terapia intensiva. Este es el primer problema. La escasez obliga a buscar, a ingeniarse y a producir lo que se puede producir para responder a esta contingencia. Luego hay un problema efectivo de recursos humanos, porque llegado el momento de un pico de contagiados, se debe movilizar todos los recursos humanos del personal de blanco al mismo tiempo. En mi país, se movilizaron incluso a los médicos jubilados y los que acababan de terminar la universidad y se estaban especializando.

–Vemos solidaridad dentro de cada país y entre los países, embajador…

–En Italia, por ejemplo, entre el viernes y el sábado pasado hubo un llamado para 300 médicos para ir a apoyar a los de Lombardía, en el norte. Se presentaron casi 8 mil en menos de 24 horas. Ese fue un gran gesto de solidaridad, y no son para apoyar cualquier cosa, sino una situación muy riesgosa. No hay recursos infinitos, hay que prepararse. Es duro estar aislado, pero no hay otra salida.

–Este también es un tiempo en el que se esperan gestos de parte del sector empresarial hacia los más vulnerables. ¿Cómo lo ve usted?

–Aquí hay unas medidas de corto plazo que se tienen que tomar para contener la epidemia y para luchar contra esta, si llega de una manera muy fuerte, y hay medidas de medio y largo plazo para que la economía se recupere y añadiría yo, para que un país como Paraguay, esté más preparado para una próxima vez, si hay una próxima vez. Entonces, en cuanto al corto plazo, Paraguay está escuchando disciplinadamente las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud y eso es exactamente lo que hay que hacer.

No hay que tomar riesgos innecesarios. Si se impone una regla dentro de esta emergencia sanitaria, hay que aplicarla cien por ciento.

La responsabilidad es individual por algo que puede pasar a toda la colectividad. Tenemos que tomar en serio.

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