Los sectores más afectados fueron los de agricultura y ganadería, industrias manufactureras, y comercio y servicios, con niveles de retroceso de hasta 15% (ver infografía). La excepción se observó en la actividad de construcciones, con una suba de 4,6%.
La proporción de trabajadores que perciben menos del sueldo mínimo aumentó de 34,2% a 35,6% del tercer trimestre de 2018 al del 2019, y el grupo que gana 1,5 salarios mínimos y más descendió de 36,8% a 33,9%. Las personas cuyos ingresos mensuales van de 1 a 1,5 salarios mínimos también tuvieron una variación en su incidencia, pues pasaron de 29% a 30,4%.
La tasa de desempleo mostró un leve incremento, al pasar de 6% a 6,2% en términos interanuales (tercer trimestre de 2018 a tercer trimestre de 2019), y se redujo desde los niveles de 6,9% y 7,4% en que se situaron en los dos primeros trimestres de este año. La subocupación por insuficiencia de tiempo de trabajo, por su parte, aumentó de 5,2% a 6,6% entre los terceros trimestres de 2018 y 2019, mientras que la tasa combinada de subocupación por insuficiencia de tiempo de trabajo y desocupación pasó de 11,1% a 12,9%, en el mismo periodo.
De esta manera, se observa que la recesión económica no se traduce en gran medida en pérdida de puestos laborales, sino más bien en menores ingresos para los trabajadores.
Los asalariados representan actualmente el 49,8% de la población ocupada del país, con la mayor presencia del sector privado como mayor empleador (39,1%). Los trabajadores independientes participan en 42,2% y los empleados domésticos, en 8%.
El producto interno bruto (PIB) del país cayó 2,5% en el primer semestre del 2019 y se espera que cierre el año al borde del estancamiento, con un anémico crecimiento de 0,2%, según proyecciones del Banco Central. La característica de la contracción económica de este año fue la generalizada merma de la actividad productiva de los diversos sectores.