Por Gustavo R. García y Juan José Brull
ÑEEMBUCÚ
El tráfico de droga y combustibles experimenta un vertiginoso incremento en el Ñeembucú. Es un secreto a voces la existencia de varias pistas clandestinas en la zona de las localidades de Paso de Patria, Itá Cora, Cerrito, Humaitá, Naranjito, Isla Yuquerí, Mburicá, Villa Franca, Alberdi y Oliva, que operan en la semiclandestinidad.
El tráfico de estupefacientes y de combustibles tiene su epicentro en el Ñeembucú, supuestamente respaldado y protegido por algunas autoridades políticas y policiales, según versiones de los pobladores.
El tráfico de droga y el contrabando de atados de cigarrillos y ahora sumados el de combustibles son los delitos que por historia se llevan a cabo en esta región del país.
El descontrol es total en casi todo el departamento, salvo heroicos procedimientos de ciertos fiscales y funcionarios de la Secretaría del Ambiente, que muchas veces arriesgan sus vidas sin mucha seguridad y con mínimo apoyo.
Realizan operativos de requisas de miles de litros de combustible, de procedencia argentina, que ingresan al país. Además, la droga (marihuana) es exportada desde Paraguay al vecino país.
A pesar de que en casi todo el Ñeembucú se trafica, Paso de Patria es sin lugar a dudas el punto neurálgico por donde pasa todo tipo de productos, desde marihuana hasta gasoíl, cigarrillos y todo tipo de mercancías.
En los últimos tiempos surgieron nuevas modalidades delictivas que provocan el asombro de los pobladores de la región, y las fuerzas, que tienen la difícil tarea de poner un freno a una actividad, no cumplen con su verdadero rol. Existen dos lugares principales en donde se recepciona el combustible argentino. Uno de ellos es Paso de Patria, punto desde el que se distribuye a distintas zonas del país. Es más, hay otros pasos de tráfico como Itá Corá y Cerrito.
El tráfico se realiza de distintas formas: por vía aérea, existen varias pistas clandestinas en casi todo el Ñeembucú, de donde envían droga a la Argentina; por vía fluvial: el tráfico de combustibles se hace por varios puertos clandestinos situados en la zona de la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná.
Sin dudas, el tráfico de combustibles está muy ligado al narcotráfico. La aparición de continuos bidones en la zona de Paso de Patria, Itá Corá, Boquerón, Humaitá, Cerrito, Mburicá y en la propia ribera de Pilar son prueba fehaciente del creciente tráfico de los últimos tiempos.
Según medios periodísticos argentinos, la Prefectura argentina incautó en los últimos días más de 15 mil litros de gasoíl, en 20 días, cuando intentaban ser pasados al lado paraguayo.
FUNCIONA MERCOSUR DE LA ILEGALIDAD
La integración entre traficantes paraguayos y argentinos, al amparo del Mercosur de la ilegalidad, funciona a la perfección, gracias a la complicidad de las autoridades que deben combatir las operaciones turbias. Sin dudas, existe una organización conformada por argentinos y paraguayos. Sin embargo, en forma ais-lada, la Prefectura argentina requisó combustibles y drogas en las provincias de Chaco y Corrientes, en mayor cantidad que en nuestras costas, donde los operativos fiscales no siempre dieron grandes resultados.
Los pobladores de Ñeembucú manifiestan que las autoridades nacionales no dan abasto para frenar los ilícitos en la zona y piden refuerzo policial.
Ñeembucú es nuevo epicentro del tráfico ilegal de productos
Por aire, agua y tierra se realiza el ilícito. Incluso se practicaría trueque de gasoíl por marihuana. Esta situación convierte a esta región en el renovado y prolífico centro de operaciones de la ilegalidad.
