28 mar. 2024

Navidad con mascarillas

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

Luego de meses de obligado distanciamiento social, la mayor parte como prisioneros en nuestra propia casa, saludando a familiares y amigos a través de una fría pantalla, esperábamos que esta Navidad sea la oportunidad de un reencuentro en la mesa hogareña, con aroma de mbokaja poty, canto de cigarras, sidra y velas encendidas.
Embed

No será así. Al menos, no como lo esperábamos con ilusión. El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, y las autoridades del Gobierno han vuelto a protagonizar un bochornoso episodio de falta de comunicación y claridad política. Tras anunciar la prohibición de viajes desde Asunción y Central al interior del país durante Navidad y Año Nuevo, ante el alarmante aumento de casos de contagio de Covid-19, apenas horas después, secundado por el ministro del Interior, Euclides Acevedo, Mazzoleni se desdijo, avisando que no se iban a prohibir los viajes, aunque sí se mantienen las prohibiciones de bailes, playas, balnearios, fútbol, con limitación de asistentes a la cena navideña y despedida del año.

Uno probablemente tiene derecho a equivocarse y a rectificar lo que antes había asegurado en vivo y en directo a todo el país. El problema es que, entre uno y otro anuncio, centenares de personas que habían hecho reservaciones previas en hoteles, posadas, restaurantes y lugares turísticos, para pasar las fiestas de fin de año en lugares más distendidos, decidieron cancelar los compromisos, golpeando duramente a sectores que intentaban recuperarse de las millonarias pérdidas por meses de paralización.

Las irresponsables dudas y reculadas de los gobernantes le cuestan mucho dinero al país, pero es bastante más lo que se pierde en credibilidad y en la necesaria confianza de creer que están haciendo lo correcto ante la grave emergencia. A esta altura, quienes inicialmente se tatuaron el rostro de Mazzoleni por la admiración inicial a su gestión deben estar gastando lo poco que les queda para borrar al capitán de un barco que parecía firme ante la tormenta, pero se reveló como un navío pirata zozobrando ante el mar de la corrupción.

Aun así, con dudas y vacilaciones, con pérdidas de confianza, no nos queda más que cuidarnos y protegernos mutuamente. La pandemia sigue al acecho, aunque muchos le hayan perdido el miedo, al menos hasta que algún caso grave o alguna muerte querida toque de cerca.

El 2020 fue un año muy duro y probablemente el 2021 también lo será, pero aún en medio de la crisis, de los penosos casos de corrupción y autoritarismo, de las caídas, de las muertes, de las ausencias, de los momentos de soledad y desesperación, también ocurrieron historias maravillosas de solidaridad y dignidad humana, de belleza y ternura, de magia y poesía, de música y luminosidad.

Aún en los momentos más oscuros siempre hay destellos de luz que ayudan a construir un tiempo mejor.

Esta será una Navidad diferente, quizás triste, quizás solitaria y dolorosa para muchas familias, pero es siempre un signo de renacimiento, de superación, de redención, de reencuentro aun en la distancia. Hemos vencido tantos momentos duros en nuestra historia como pueblo, que uno más es apenas una anécdota.

A cuidarse, a protegerse, pero a no hipotecar la alegría, a seguir construyendo la esperanza. No conseguirán arrebatarnos el derecho a la felicidad. ¡Que tengan todos y todas una feliz Navidad!

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.