En la última década, el Estado paraguayo gastó aproximadamente USD 87 millones en el dragado de los ríos nacionales; sin embargo, y pese al elevado monto, las autoridades no han sido capaces de hallar una solución a largo plazo. Solamente aplican parches a una situación que es cíclica. Actualmente se disponen de herramientas muy avanzadas para predecir los fenómenos, lo cual debería ayudar a la planificación y la prevención, atendiendo a que hacer navegables los ríos es fundamental para la economía del país.
Las soluciones parche ya no funcionan; es hora de encarar alternativas que resuelvan el problema a largo plazo, sobre todo cuando tenemos en proceso varios proyectos, entre ellos uno de 2019, una alianza público-privada (APP) que está en estudio, un proyecto que requiere una inversión de USD 110 millones y pretende resolver las dificultades por 20 años en el tramo Asunción-río Apa. Asimismo está pendiente la colaboración con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (Usace por sus siglas en inglés) para un plan maestro de navegabilidad, y que requiere una inversión inicial de USD 20 millones.
Urge la elaboración de un plan maestro de la hidrovía que contemple no solo el dragado, sino que considere otros aspectos, como el impacto medioambiental, la protección de la fauna íctica y los periodos de pesca, entre otros.
En la primera semana de este 2023, el cauce del río Paraguay a su paso por Asunción se encontraba a unos 25 centímetros por debajo del cero hidrométrico, es decir, el mínimo seguro para navegar, debido a las escasas lluvias. Por esto, unas 12 embarcaciones se encontraban detenidas a lo largo de la cuenca del río Paraguay, en la zona de Paso Queso, cercano al puerto de Pilar, a unos 240 kilómetros de Asunción.
En los años 2020 y 2021, el río Paraguay había sufrido descensos históricos de sus aguas de 50 y 75 centímetros por debajo del cero hidrométrico. Esto se debió al fenómeno de La Niña que en Paraguay genera largos periodos de sequía. Ya en ese entonces la Dirección de Meteorología e Hidrología había pronosticado no solo la bajada histórica, sino además que las lluvias se normalizarían recién después del primer trimestre de este 2023. Y conociendo esa información, las instituciones del Estado ni siquiera fueron capaces de llevar adelante las tareas de dragado, pues las obras sufrieron retrasos. Según los principales afectados, no se hicieron las cosas con la velocidad y oportunidad necesaria para garantizar la navegación.
Sumado a la falta de previsión y de eficiente ejecución de la única medida, como es el dragado, hay otro dato relevante y que demuestra que la falta de recursos para invertir no es parte del problema. Resulta que el 97% de los recursos invertidos hasta ahora en el dragado de los ríos nacionales fue adjudicado a tres empresas desde el año 2013, que son justamente las tres empresas que tienen contratos vigentes para el dragado del río Paraguay. Las empresas ganaron licitaciones por 540.237.500.000 guaraníes, monto que orilla el 100% de las adjudicaciones, y son justamente estas tres empresas las que tienen contratos vigentes para el dragado del río Paraguay.
Considerando que el 80% del comercio exterior paraguayo se mueve por la vía fluvial con embarcaciones nacionales, es válido exigir a las autoridades absoluta transparencia en sus acciones y decisiones para demostrar positivamente que el interés de la mayoría se encuentra por encima de los intereses particulares. Además de reclamar que se dejen de lado las soluciones parche, en las que ya se han gastado muchos recursos, y se trabaje en un plan maestro de la hidrovía que solucione el problema de fondo.