El júbilo se apoderó de las calles de Nápoles, donde los hinchas descargaron sus años de ilusión de volver a estar en la cima del fútbol italiano.
El plantel de jugadores llegó ayer por la tarde a la ciudad ya como campeón, pero los jugadores no fueron a la ciudad deportiva, sino que llegaron a sus casas directamente desde el aeropuerto. El Gobierno de Nápoles, junto al presidente del club, Aurelio de Laurentiis, decidió que el avión llegara el viernes por la tarde por motivos de seguridad.