“Que una niña pueda volver al seno familiar y que, dentro de poco, esté nuevamente compartiendo con sus amigos y familia, realizando actividades habituales propias de su edad, es una satisfacción que no se puede describir con palabras”, señaló el Dr. Marcos Melgarejo, jefe de Cardiocirugía del Hospital General Pediátrico.
Nahiara estuvo en la lista de trasplante del INAT por más de un año, se encontraba en situación crítica y le implantaron un corazón artificial y, con ayuda de este dispositivo, logró resistir hasta la llegada de un donante.
Los médicos instaron a hablar, dentro del seno familiar, sobre la importancia de donar órganos en caso de que se encuentren ante una situación límite. “Puede haber un equipo completo, profesionales, insumos, pacientes que necesiten, pero sin donantes no hay trasplantes”, dijo la Dra. Nancy Garay, jefa del Departamento de Cardiología.
Destacó la importancia de hablar en la sociedad de la necesidad de algunos niños de un trasplante y de tener empatía ante situaciones límites que les toca vivir.