Lo ha señalado con vehemencia el doctor Agustín Saldívar, director del Hospital de Trauma, en Asunción: “Con los compañeros del área de Urgencias nos preguntamos qué está pasando, parece que todos se están volviendo locos. Ahora ya no es más que los accidentes ocurren viernes, sábado y domingo, ahora todos los días hay accidentes que duplican a los pacientes y a la asistencia médica”, dijo en una entrevista periodística.
Tan solo durante el anterior fin de semana, más de 1.600 pacientes ingresaron al Hospital de Trauma por casos de accidentes viales, de los cuales la mayoría han requerido de cirugías y de servicios de terapias médicas por la gravedad de su estado de salud.
Si bien los números de los traumatizados y de las consultas se redujeron durante las tres primeras semanas de la cuarentena total, entre marzo y abril, una vez que se empezaron a flexibilizar las restricciones para la circulación vial, la curva de accidentados se disparó de nuevo a partir de la fase 2 de la desescalada, según las estadísticas
La liberación de las fases más estrictas de la cuarentena ante la pandemia del coronavirus ha llevado a colmar las salas de Urgencia. Un 120 por ciento de ocupación reporta el Hospital Nacional de Itauguá en la Urgencia de Cirugías y de Clínica Médica y unos 5.828 pacientes por accidentes de tránsito recibió el Hospital de Trauma desde el 12 de marzo al 11 de octubre.
“La cuarentena tuvo una peculiaridad: Cada vez que las fases cambiaban y un fin de mes había liberación o flexibilización en las medidas de control, se disparaba hacia arriba la cantidad de accidentes”, indicó también el doctor Saldívar, apuntando a que “al paraguayo la falta de control le empuja al libertinaje”. De acuerdo con el médico, la mayoría de los accidentes están relacionados con la velocidad, la falta de respeto a las normas de tránsito y al consumo de bebidas alcohólicas o de algún estimulante.
Cada día, las noticias son estremecedoras, en muchos casos acompañadas de videos de cámaras de seguridad que muestran a personas embestidas en la vía pública por conductores en estado de ebriedad o manejando con mucha imprudencia, motociclistas que salen a gran velocidad sin usar cascos ni respetar semáforos, choques o arrollamientos que enlutan a familias enteras. Y el grave riesgo de que el hacinamiento en los hospitales también aumenta los casos de contagios con el Covid-19.
La otra pandemia ya ha acabado por incorporarse como parte de la realidad cotidiana, pero no deberíamos acostumbrarnos a considerarla como “algo normal”, porque no lo es. A esta pandemia también necesitamos combatirla. En este caso, las vacunas existen: se llaman educación y conciencia ciudadana.