La muerte de Navalni –tras tres años de prisión y después de sobrevivir a un envenenamiento del cual el activista responsabilizó al Kremlin– deja a la oposición sin su figura más conocida antes de las presidenciales, unos comicios en los que los principales políticos críticos con el gobierno están vetados.
La oposición en Rusia está reducida a su mínima expresión, ya que el Kremlin sostiene una dura campaña de represión contra cualquier voz crítica, una política que se intensificó tras el inicio de la ofensiva en Ucrania, en febrero de 2022.
Las autoridades rusas ofrecieron pocos detalles de las circunstancias en torno a la muerte de Navalni, limitándose a un comunicado en el que aseguraron que hicieron todos los esfuerzos para reanimar al opositor.
“El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalni A.A. se sintió mal después de un paseo y casi inmediatamente perdió el conocimiento”, indicó el servicio penitenciario de la región ártica de Yamal en un comunicado.
“Todos los gestos de reanimación necesarios fueron practicados pero no dieron ningún resultado positivo”, precisaron las autoridades correccionales.
“Extremista”. El activista estaba encarcelado tras ser condenado por “extremismo” y purgaba una pena de 19 años en una colonia penitenciaria remota del Ártico, en condiciones muy duras.
Los múltiples juicios en su contra fueron criticados y tildados como procesos motivados políticamente y como una estrategia para castigarlo por su oposición a Putin.
El mandatario ruso –que nunca ha pronunciado el nombre de Navalni– fue informado de su fallecimiento, según su portavoz Dmitri Peskov.
Navalni fue un abogado que empezó a ser conocido en Rusia la década de 2010 por videos publicados en internet en los que denunció la corrupción, acusaciones que fueron ignoradas por los medios oficiales.
Después, como activista ayudó a organizar grandes manifestaciones de la oposición en 2011 y 2012, que fueron duramente reprimidas.
Navalni fue muy próximo al nacionalismo y con el tiempo se consolidó como el principal opositor de Putin, al que criticó con dureza afirmando que su partido estaba compuesto por “ladrones y estafadores”.
Conmoción. Desde el extranjero, las principales potencias occidentales desde Estados Unidos, pasando por Alemania, España, Francia y el Reino Unido lamentaron la muerte de Navalni y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Rusia deberá responder a “serias preguntas” por su fallecimiento.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Anthony Blinken, afirmó que Rusia es “responsable” de la muerte, una posición con la que coincidió la Unión Europea.