Los números del ente financiero matriz también muestran que, en época de la pandemia por Covid-19, la morosidad del sistema descendió. En ese sentido, cabe recordar que la mora se ubicaban en un promedio de 2,45% al cierre de 2019, mientras que bajó a 2,34% para el cierre de 2020, en que nuestro país sufrió las consecuencias más fuertes de la emergencia sanitaria.
Rubén Ramírez Lezcano, presidente del Banco Interfisa, sostuvo que la contracción de la morosidad que se tuvo el año pasado responde principalmente a dos factores, que son las medidas de flexibilización que fueron dispuestas por parte del BCP ante la crisis de la pandemia y la mayor prudencia observada en la concesión de préstamos. No obstante, señaló que no se debe ignorar que hay sectores más vulnerables que se encuentran en situaciones bastante complejas en cuanto a sus deudas y que existe un aumento de los préstamos que fluyen por fuera del sistema formal.
“Hay un crecimiento importante en la informalidad del crédito. Las casas de créditos, que algunas no están reguladas todavía, tienen un nivel de morosidad que duplica al del sistema formal”, manifestó. Adicionalmente, aseguró que se registra un aumento de deuda vía tarjetas de crédito, que ciertos agentes utilizaron para “bicicletear” ciertos compromisos.
Por su parte, Dimas Ayala, gerente general de Bancop, coincidió en que las medidas del BCP fueron importantes para contener la morosidad el año pasado, en el cual ciertos sectores experimentaron una mayor recuperación de sus actividades. Sin embargo, aseguró que las entidades siempre deben ser cuidadosas y pretender el pago al menos de intereses en operaciones de clientes con dificultades.
La Cifra
2,16%
es el promedio de morosidad que se tuvo en los bancos el año pasado, según los registros que publica el Banco Central.