La Nunciatura Apostólica le comunicó ayer a monseñor Adalberto Martínez que, antes de asumir como el primer cardenal paraguayo, deberá ir a Roma para recibir el pallium o Palio en su condición de arzobispo metropolitano de Asunción, cargo que ocupa desde marzo último.
Martínez anticipó a ÚH que el próximo 29 de junio recibirá el pallium arzobispal, por parte del papa Francisco, en el marco de una celebración que tendrá lugar en la Santa Sede, como parte de su designación –el 17 de febrero– al frente de la Arquidiócesis de la Santísima Asunción.
El prelado fue elegido por el Santo Padre para dirigir el arzobispado capitalino en reemplazo de monseñor Edmundo Valenzuela, quien estuvo durante dos años a cargo de esa jurisdicción eclesial tras haber cumplido la edad límite –75 años de edad– para ser obispo. “Ayer (por el lunes) el nuncio (Eliseo Ariotti) me habló de que el 29 de junio, definitivamente, el Papa estará entregando el palio a los arzobispos”, comentó.
Esto supone que hará un viaje anticipado en su calidad de arzobispo. “El pallium me será entregado por el Papa en manos para que luego en algún momento a mi regreso se me pueda imponer en alguna ceremonia religiosa”, explicó Martínez.
Según contó, no está en la agenda una audiencia particular con Francisco, sino que será más bien un encuentro de fraternidad, coincidente con su elección como el primer purpurado paraguayo.
“Seguramente nos encontraremos ahí, no hay nada previsto en ese sentido; más que un encuentro fraternal. El Papa nos va a recibir con el palio en sus manos”, reiteró.
Todo igual. Dijo que su misión pastoral no cambiará demasiado de forma radical. “Los nombrados cardenales siempre siguen sus trabajos normales en las diócesis. De hecho, si surge algún compromiso que tengamos en Roma, o donde el Papa nos envíe, ahí estaremos con gusto; pero sin abandonar la sede donde fuimos nombrados”.
Expuso que algunos cardenales trabajan en el Vaticano, en algunas secretarías, comisiones o congregaciones y residen en la Santa Sede. “Pero, generalmente, los cardenales residen en sus diócesis o arquidiócesis”, tiró.
Martínez acotó que aún no pudo conversar con el Papa. Tampoco tiene información aún de lo que debe hacer en la previa al consistorio donde asumirá como cardenal.
“La verdad que el 27 (de agosto) va a ser el día en que él nos entregará la birreta, el anillo cardenalicio y es posible que yo viaje antes, seguramente, para conseguir las vestimentas cardenalicias”, dijo.
CARMELITAS NO PODRÁN. En principio, Martínez pensaba encargar al Monasterio de las Carmelitas Descalzas la elaboración de su atuendo cardenalicio; pero al menos en el Monasterio de Caacupé, donde tienen un taller de confección, descartaron esa posibilidad por tratarse de un “traje costosísimo y de alta costura”, según respondieron desde dicho convento.
En efecto, al parecer, solo en la capital italiana y en una sastrería en particular se labora ese tipo de vestimentas.
Martínez reveló que en los días que seguirán al momento histórico de su investidura, participará ya en su condición de purpurado de una cumbre con sus pares de Roma.
“Los obispos cardenales tendrán un taller sobre el nuevo motu proprio del Papa sobre la reforma de la curia romana”, dijo al acotar que eso será el 28 y 29 de agosto.
Por lo demás, el arzobispo refiere que uno de los temas pendientes que buscará zanjar son las diócesis vacantes.
No renuncia a la CEP ni a FFAA
El arzobispo descartó que vaya a renunciar a su cargo de presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y a su condición de administrador apostólico del Obispado Castrense. “En realidad, el cardenalato me dará muchas tareas, pero igual voy a continuar con las mismas funciones de antes”, explicó que trabajan en equipo con los demás obispos tanto en el arzobispado como en el episcopado.