Egresada con honores de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, con un posgrado en Política Económica y Monetaria en la Unión Europea, un doctorado y una maestría en Economía en la Universidad de Nüremberg, a Mónica Pérez Dos Santos, la primera presidenta mujer del Banco Central del Paraguay (BCP), su extenso currículo y amplios estudios no le sirvieron de mucho a la hora de calafatear tormentas.
Tras 20 meses de polémica conducción su barco naufragó. Cual Titanic financiero sus posibilidades se hundieron y con ella sus promesas de reformar el Banco Central y de definir una política monetaria independiente para el Paraguay.
La señora Pérez, en realidad, se fue como llegó: en el más absoluto y frío silencio, dejando detrás sólo fuertes oleajes.
La ahora ex presidenta del BCP no entendió que llevar el timón de una entidad como esa requiere a veces de la suficiente sabiduría y madurez como para saber escuchar e incorporar las opiniones de los demás, tal como jamás se cansó de demostrarlo con hechos y palabras una de las más destacadas figuras del mundo del siglo XX, el político británico Winston Churchill.
Precisamente, fue la tremenda incapacidad de la señora Pérez –no intelectual ni técnica, sino política– para tejer alianzas en un puesto que lo requiere casi más que ningún otro como el BCP, terminaron por enviarla finalmente al fondo ¿Monetario?