Defensores y opositores al derecho al aborto se enfrentaron frente a la clínica Jackson Women’s Health Organization, que hasta ahora practicaba procedimientos para interrumpir el embarazo.
Apodada la casa rosada por el color de su fachada, la clínica realizó sus últimos abortos el miércoles y recibió a sus últimas pacientes el jueves para consultas de seguimiento.
Blandiendo grandes carteles con la leyenda “Ama a Dios con todo tu corazón, alma, fuerzas y espíritu”, decenas de opositoras al aborto recibieron a las pacientes con oraciones y música.
Enfrente, defensoras del derecho al aborto respondieron con pancartas que referían a la alta tasa de mortalidad materna en el Estado: “¿Por qué les interesan más las vidas hipotéticas que las reales?”.
Cheryl Hamlin, una de las médicas que trabajaban en la clínica, criticó a los opositores al aborto, acusándolos de no “respetar los derechos de las mujeres”.
La “Casa Rosada” fue durante años la única clínica en realizar abortos en este estado sureño conservador y muy religioso.
El 24 de junio, la Corte Suprema anuló su histórica sentencia Roe v. Wade de 1973 que garantizaba el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo.
Anticipándose a esta decisión, 13 estados habían adoptado leyes para prohibir automáticamente los abortos en su territorio en vez de que saliera el fallo del alto tribunal. Fue una de esas leyes, llamadas zombie o gatillo, la que entró en vigor este jueves en Misisipi. Adoptada en el 2007, prevé hasta 10 años de cárcel para quienes practiquen un aborto.
El fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos de revocar el derecho al aborto a nivel federal aumentó las prisas en un país donde el acceso a ese procedimiento estará prohibido en muchos de sus estados.
CONTROL DE NATALIDAD. En internet se dispararon las búsquedas de “control de natalidad”, “DIU (dispositivo intrauterino)” e incluso “esterilización médica”, en tanto las farmacias debieron limitar las compras de la llamada “píldora del día después” para hacer frente a la demanda.
Tres mujeres hablaron a la AFP sobre cuáles son sus planes mientras se suceden las batallas legales sobre las leyes antiaborto en varios estados del país.
Cuando la Corte Suprema anuló el mes pasado la sentencia de 1973 que legalizaba el aborto en todo el país dejando la decisión en manos de los estados, Sarah Kratzer temió que Texas fuera más allá de prohibir el aborto y dificultara también el acceso a la “píldora del día después”.
Restringir la planificación familiar o el uso de la “píldora del día después” parece algo distante, pero la gente teme que ocurra.
Ama de casa de 39 años, Kratzer vive en San Antonio, Texas, el estado del sur que exhibe algunas de las leyes antiaborto más estrictas del país.
Dijo a la AFP que empezó a guardar pastillas anticonceptivas de emergencia en mayo, tras la filtración del borrador del fallo de la Corte Suprema.