“La hepatitis infantil de causa desconocida existió siempre. La alarma no se debe a no identificar su origen sino a la concentración de casos que hubo en el Reino Unido”, explicó el doctor Guillermo Sequera, responsable de la Dirección Genera de Vigilancia de la Salud.
“Hasta hoy no hay datos de un aumento de cuadros realmente en ningún país del mundo. Igualmente seguimos monitoreando las situación a todos los niveles”, agregó.
La dependencia a su cargo lleva adelante algunas acciones dentro de la actual situación.
Entre las actividades se encuentra la evaluación de tendencias de casos de hepatitis virales.
También se fortalece la vigilancia de hepatitis virales, se realiza la evaluación de datos de vigilancia laboratorial y de bancos de sangre, al igual que los datos de hospitales de referencia sobre las hepatitis graves de todas las causas en niños.
A la par se lleva a cabo la comunicación con servicios de salud y sociedades científicas para la notificación de casos sospechosos y probables.
En Paraguay, el monitoreo de esta enfermedad, la B y C, está a cargo de Pronasida.
En el 2021 se diagnosticaron 335 casos de hepatitis B, de los cuales 101 fueron embarazadas y 6 niños menores de 14 años.
En lo que corresponde a la hepatitis C, la última vez que se registraron casos fue en el 2017. En ese entonces estuvieron afectados dos niños.
El brote actual que se ha registrado en 20 países en el mundo suma alrededor de 200 casos. El evento epidemiológico está bajo investigación por parte de la OMS.
En muchos casos, se vio una infección por un tipo de adenovirus en los niños y el vínculo entre estos dos se investiga como una de las hipótesis más sobre sus causas.
