Los inversores se sienten alentados por la posibilidad de que el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro llegue al poder en Brasil debido a sus promesas de privatización, poco claras hasta ahora pero más apreciadas que el status quo ofrecido por su rival de izquierda Fernando Haddad.
La Bolsa de São Paulo se disparó cuando Bolsonaro grabó con holgada ventaja la primera vuelta, pero devolvió muchas de sus ganancias cuando dio marcha atrás en los proyectos de cesión de activos del Estado en una economía que sale a duras penas de dos años de recesión. El respaldo de los mercados se debe en gran medida al anuncio de que Bolsonaro designaría como ministro de Hacienda a su asesor Paulo Guedes, economista liberal formado en la Universidad de Chicago, que propuso una reestructuración para acabar con las tradiciones proteccionistas de Brasil. Pero Guedes contempló medidas que van mucho más allá de lo que Bolsonaro –veterano político que apoyó durante mucho tiempo el modelo estatista– está dispuesto a vender. Bolsonaro precisó la semana pasada que, de ser electo, solo permitirá privatizar actividades periféricas de Petrobras o de Eletrobras, descartó la participación de grupos extranjeros en la generación de energía y puso reparos a que China siga comprando Brasil. afp