19 abr. 2024

Mendicidad y explotación sexual de indígenas campean en la Terminal

A diez días de la aparición del cuerpo sin vida de una niña nativa en un baldío, vecinos de la zona de la Terminal de Ómnibus relatan que nada cambió.

Un pequeño croc azul olvidado yace en la vereda frente al baldío donde fue hallado el cuerpo sin vida de Francisca, la niña de la etnia Mbya Guaraní de unos 12 años de edad. Un par de alpargatas femenino, bolsitas y botellitas plásticas con rastro de tolueno, se pueden ver también en las aceras aledañas a la Terminal de Ómnibus de Asunción, epicentro del asentamiento de indígenas desterrados por la miseria.

En esa zona sigue campante la presencia de niños, niñas y adolescentes indígenas en completo estado de vulnerabilidad. Y, pese al luctuoso hecho acaecido hace diez días, prolifera la oferta sexual de jóvenes nativas en inmediaciones a la estación de buses.

Eso se puede observar a pleno luz del día y es lo que atestiguan vendedores ambulantes y vecinos del lugar, cuyos relatos ÚH rescató ayer.

Si bien desde que se encontraron los restos de la niña Francisca, se redujo un poco la presencia de niños y niñas que mendigan en la zona, según los lugareños. Pero, en la víspera, un remanente de nativos –entre adultos, chicos y bebés en brazos– deambulaban por las veredas de las avenidas República Argentina y Fernando de la Mora.

“Piden monedas, inhalan cola de zapatero. Todo sigue igual por lo que yo veo, siguen ahí”, afirmó una joven que volvía del supermercado.

Miraba apenada el paisaje que presencia, hace tiempo ya, cada vez que sale de su casa.

“Siempre es la misma cosa: Se les lleva a sus comunidades y después de diez o quince días vuelven toditos otra vez”, manifestó una señora que atiende un comedor.

Como la primera en hablar, prefirió el anonimato porque son testigos -dijo- de que la explotación sexual de niñas nativas continúa sin que nadie haga algo al respecto.

Al caer la tarde y en horas de la noche llegan en vehículos los clientes de las púberes indígenas, según su relato que coincidía con la versión de otros trabajadores y vecinos del lugar abordados por un equipo de esta Redacción.

“Es difícil verles cómo viven, a veces se pelean entre ellos, principalmente, entre los adultos y los niños están en peligro ahí siempre”, compartió otra persona mientras observaba recostada en la puerta de un local comercial.

“Unos cuantos señores con trajes son los que suelen venir; están ahí, les pescan y suelen llevarles a las niñas. Por las noches, llegan en lindos vehículos. No sé a dónde (las llevan), pero se van acá a la vuelta”, apuntó hacia la avenida que lleva a Lambaré.

Es unánime la preocupación que les embarga. Temen que un caso similar se repita.

Sobre Francisca, recuerdan que también estaba envuelta una red de explotación. “A esa nena le prostituían porque muchas veces le veíamos. Los mayores les obligan a ellas a que se prostituyan”, lanzó una de las entrevistadas, quien comentó que le conocía a la víctima porque siempre iba a buscar hielo a su negocio.

“Inclusive, yo justo le vi a esa nena cuando me iba a tomar el colectivo: Vi que otro indígena mayor le estironeó de la mano un G. 5.000 que la nena tenía: ‘¡Eso nomás! Cuántas horas te fuiste al yuyal con él y solamente cinco mil nos traes’”, parafraseó lo que supuestamente le habría dicho quien la explotaba.

Hay policías en inmediaciones de la Terminal, pero solo miran. “Esperaron que le mataran a una criatura para hacer algo por ellos. A esta hora no les vas a encontrar, pero a la noche salen”, se quejó una vendedora de jugo natural, quien dijo ser vecina antigua de esa zona.

30 causas judicializadas de niños y niñas indígenas, a nivel país, posee el Ministerio de la Defensa Pública.

El sistema de protección de estos niños “está fallando”

Sin dejar de incluirse, la ministra de la Defensa Pública, Lorena Segovia, sostuvo que el abordaje que se venía haciendo en cuanto a protección de niñez indígena era insuficiente.

“Tenemos acciones que hemos llevado adelante, dentro de los procesos judiciales solicitando abrigo; inclusive muchos niños y niñas son retirados por familiares, pero al poco tiempo los encontramos nuevamente en las calles. Quiere decir que el abordaje que se está realizando o que se estuvo realizando respecto a la niñez indígena realmente no es suficiente o no es el correcto”, asumió la ministra.

El caso Cynthia, la niña nativa de 14 años, hallada maniatada -a fines de enero último- en la ex Cervecería, marcó un punto de quiebre.

“Ella (Cynthia) está en el sistema de protección desde los 8 años. Y estamos viendo que, evidentemente, si está en el sistema y la volvemos a encontrar (en la calle), porque huye del hogar, quiere decir que no estamos haciendo algo bien, que algo está fallando”, expresó sin eludir la cuota de responsabilidad: “Lo importante no es que algo nomás está fallando, sino que todos estamos fallando los que estamos en el sistema”.

Desde la Defensa Pública, la reflexión que hacen -dijo- es que emprenderán un acompañamiento a niñez indígena a través de la especialización. “Tenemos un grupo especializado en pueblos indígenas y dentro de eso vamos a designar una defensora o defensor para el tema de niñez”, anunció.

Judicializar. Segovia afirmó que la nueva impronta del Ministerio a su cargo es acabar con el “desentendimiento” de la problemática, tal como ocurría hasta el año pasado. “Si bien es cierto que subyace un problema social, no buscamos la judicialización pero el niño que está en la calle, es abusado y debe ser rescatado”, apuntó. También recordó lo que les manifestó el abuelo de Cynthia: “Ustedes nos mandan, pero allá no tenemos qué comer; entonces tenemos que venir”.

Prevén un abordaje interdisciplinario con el factor cultural presente. “Debemos entender cómo se ve esa niña desde la cultura indígena. A partir de que la niña tiene su menarca (aparición de la primera menstruación) para los pueblos indígenas deja de ser una niña por más de que para la legislación sí, lo siga siendo. Hay que hacer una comprensión intercultural para tener acciones que resuelvan el problema de fondo”, expuso.