El hecho se registró alrededor de las 11:00, cuando vecinos del barrio San Fernando escucharon los disparos, cuatro en total, de arma de fuego. Un poco más tarde, un poblador hallaría el cuerpo sin vida, al costado del camino vecinal.
Los autores, según pesquisas, se desplazaban en un automóvil de la marca Toyota, modelo Premium o Allion, de color gris o plateado, conforme a los datos recabados por agentes policiales con los vecinos del lugar.
La víctima recibió dos impactos de proyectil, los que ocasionaron su deceso.
El fiscal Édgar Torales, que investiga el hecho por parte del Ministerio Público, afirmó que presumiblemente le bajaron en el lugar y podrían haberle obligado a correr, para dispararle.
El padre de la víctima llegó al sitio para el reconocimiento del cuerpo y entre escenas de dolor, confirmó que se trataba de su hijo.
El joven tiene antecedentes por reducción y robos domiciliarios, conforme a los datos recabados por los investigadores.
El padre señaló que el joven salió a pie de su vivienda, señalando que iba a trabajar. De acuerdo con su versión, su hijo se dedicaba a trabajo de limpieza o a cualquier tarea que le solicitaban, pero que también se dedicaba a vender objetos robados.
En ese contexto, sostuvo que su hijo sufría de adicción a estupefacientes, pero que su madre era la que le proveía de dinero para su consumo, ya que no pudieron ayudarle a salir del vicio, aunque lo intentaron.
El fiscal dispuso la entrega del cuerpo al padre, tras la inspección forense. E.M.