“Se están usando todos estos costales porque estamos previendo que los ríos aumenten y causen daños”, explicó hoy a Efe Gilberto Segovia, portavoz de la Conagua en la localidad.
La ciudad de Villahermosa, de medio millón de habitantes y atravesada por los ríos Carrizal, Mezcalapa y Grijalva, está desde hace días afectada por inundaciones debido a las lluvias atípicas caídas en el sudeste de México.
Aparte de los tres ríos, otros dos, el Samaria y La Sierra, pasan por la zona conurbana de la capital del estado y han tenido que ser contenidos con diques de costales rellenos de arena colocados por personal de la Marina y del Ejército mexicanos.
Desde el pasado agosto, diariamente se ponen alrededor de 100.000 costales para reforzar las márgenes de los ríos que hoy están por encima de sus escalas críticas.
Estas barras artificiales ubicadas en la capital están siendo ahora usadas como puentes peatonales por los habitantes de Villahermosa para acceder a los barrios que están inundados.
En algunos como el Sauces y Samarkanda grupos de vándalos han llegado incluso a robar algunos sacos quitándolos de los diques para revenderlos a particulares en un momento en que la ciudad trata de evitar los estragos causados por el agua.
La “costalera” será concluida esta semana en Villahermosa y en total cubrirá 63 kilómetros de largo, explicó a Efe Alma Aurora Jiménez, portavoz de la oficina de Obras Públicas de Tabasco.
“Tenemos un avance del 90 por ciento y ya falta poco”, agregó la misma fuente.
Las autoridades estatales se han coordinado en los últimos días con las federales, sobre todo con personal de la Conagua, para erigir estas barreras de sacos y arena.
El gobierno de Tabasco estimó hoy, a través de un comunicado, que en la construcción de diques y otras obras se han invertido hasta el momento más de 300 millones de pesos (23 millones de dólares).
De momento, en todo el estado las crecidas por el agua han dejado unos 134.500 damnificados, una cifra muy inferior aún de los 1,2 millones de personas afectadas por la anegaciones en 2007, pero que podrían crecer en las semanas venideras.
Ese fin de semana el gobernador de Tabasco, Andrés Granier, se declaró en bancarrota para hacer frente al gasto de erigir nuevos muros con sacos para prevenir el desborde de los ríos.
Llamó al Gobierno federal encabezado por el presidente Felipe Calderón a asumir el gasto que se genera por la inundación debido a que aún no ha concluido el Plan Hídrico Integral que debía haber prevenido situaciones catastróficas como las actuales.
Recientemente el mandatario mexicano defendió su gestión en la materia y señaló que precisamente las obras impulsadas en su Administración eran las que habían impedido estragos mayores en Tabasco.
Crítico con la situación se mostró hoy Juan José Martínez, diputado local y presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano del Congreso de Tabasco, quien considera que la puesta de sacos es “un negocio para favorecer” a las compañías locales afines a los intereses del gobernador Granier.