El presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos del Paraguay (Cafym), Esteban Dos Santos, explicó que las más de 150 barcazas varadas están cargadas al 60% de su capacidad debido a la bajante que se venía registrando antes de que se paralice completamente el tránsito fluvial en el Paraná. Estima que se trata de aproximadamente 200.000 toneladas de granos de soja, aceite, cascarilla, entre otros.
En las últimas semanas, algunos cargamentos que todavía estaban en camiones graneleros desviaron su ruta hacia puertos sobre el Río Paraguay, y de acuerdo a Dos Santos esta misma posibilidad se estudia para la materia prima embarcada desde hace más de 30 días.
En cuanto a los riesgos de mantener la soja en estos transportes, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción, Héctor Cristaldo, reconoció que puede perder calidad, dependiendo de la temperatura y humedad, aunque si está destinada a la industrialización los estándares son más bajos.
La única salida de las exportaciones actualmente es el Río Paraguay, pero también tiene problemas de navegabilidad.
El trayecto desde los puertos de Villeta y Asunción hasta su destino en Rosario, Argentina, dura entre 15 a 18 días, más que el doble de lo acostumbrado, detalló a su vez el titular de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas, José Berea.
PÉRDIDAS. El lento envío de los productos encarece los gastos de logística, principalmente para las cargas que deben cambiar su puerto de salida. Asimismo, el sector de transporte fluvial, que cobra entre USD 19 y USD 25 por tonelada embarcada, no está pudiendo llenar las barcazas y lamenta el 40% de capacidad perdida en cada viaje.
Por otro lado están los choferes que llevan las mercaderías desde los silos hasta los puertos. Estos trabajos prácticamente están paralizados porque todos los depósitos portuarios están llenos.