Mañana digo basta.
Antes de que despunte
Setiembre en las naranjas.
Tu figura precisa
se me escurre del alma,
tus brazos y tu nombre
se esfuman, se desbandan.
Después de tantos años,
después de tantas ansias.
Fue tan breve el momento
que Agosto a mis espaldas
se deshace en cristales
como llovizna mansa.
Y aunque a veces encuentro
que te quiero sin pausas
y recuerdo una tarde
de invierno ya lejana,
cuando urgentes hogueras
de pronto nos quemaban,
la ternura sin márgenes,
las dudas demoradas.
y los ardientes cauces
del amor que estallaban.
Y en ese torbellino
las horas no pasaban.
Hoy que estamos tan lejos
sin una causa válida,
me digo que no importa
que del pasado basta,
y aparto la tristeza
como un viejo fantasma.
Como si nada hubiera sucedido.
Vivir,
amar,
seguir.
Sin que aquello perturbe
la cuenta regresiva de los días.
Barrer las sombras,
espantar recuerdos,
enmarcar una nueva sonrisa
para estrenar el sol de la mañana.
Y ver cómo la piel
que recubre los sueños
se va curtiendo
de tantas cicatrices.
Mirar cómo amanece
ardida de intemperies,
buscando sin cesar
la claridad lejana.
Como si nada hubiera sucedido,
y el alma no llevara
este viejo equipaje repleto
de nostalgia.
Poeta, narradora y periodista, es una prolífica autora nacida en Asunción. Ha escrito libros como: Poesía, en 1983; Recobrario, en 1984; Baile de disfraces, en 1987; y Elección personal, 1987; entre otros. “Su poesía irrumpe sin falsos artificios, desnuda y torrencial, haciéndonos percibir aquello que está más allá de nuestros ojos”. Estos conceptos los recogemos de su libro Verano en Isla Esmeralda, de los que citamos estos versos.
Umbral de palabras