07 may. 2024

“Manejamos que el pico se va a dar en dos o tres semanas”

Setiembre está marcando récords, con relación a la cantidad de casos y muertes diarios. En contrapartida, se está viendo una desaceleración. El director general de Vigilancia de la Salud, Guillermo Sequera, mencionó que esta tendencia se mantiene desde hace 21 días, pero recuerda que lo mismo ocurrió en otros países y luego se dio el repunte. Señaló también que se podría estar en una meseta. Aunque es difícil de predecir el pico, podría darse dentro de tres semanas, aunque otros estudios hablan de finales del siguiente mes y en noviembre se dará un marcado descenso en contagios.

–¿Cómo estamos epidemiológicamente?

–Desde hace un mes y pico, un mes y medio se ve una estabilización de la epidemia. O sea un descenso en las últimas tres semanas, un descenso de Alto Paraná, un ligero aumento en Caaguazú y Concepción, un aumento más lento en las últimas dos semanas de Asunción y Central. Si comparamos con hace un mes, se venía un aumento muy rápido. En las últimas dos semanas como que se trancaron. El Departamento de Alto Paraná, con muchos casos aún, volvió a repetir los mismos números de hace una semana, dejó de aumentar. Entonces hay como una desaceleración de la epidemia.

–¿En qué etapa estaríamos?

–Me animo a decir que estamos entrando en una fase de desaceleración de la epidemia, lo cual no es para cantar victoria ni liberarnos todos ya. Vimos países que bajaron poquito y volvieron a subir grande. Otros que bajaron muy bien, aguantaron tres meses muy bien, pero luego empezaron a subir. En el peor de los casos, yo prefiero elegir lo segundo, que bajen bastante. Va a seguir habiendo y si vuelve a subir, bueno, vamos a estar más preparados.

–¿Cuáles serían los motivos de esa desaceleración?

–Difícil es saber. Mucho tiene que ver que los lugares donde la epidemia se puso fuerte, se hicieron estas cuarentenas. El impacto que la cuarentena social tiene, es lento nomás y no es tan drástico el descenso, pero sí hacen frenar un poco. Obviamente, las camas de terapia están a un 95% de su capacidad en el país, la epidemia está superactiva. Eso es aceptable. Antes de tener las camas que tenemos ahora, era normal que el 100% de las camas de terapia estén ocupadas. Todos los días amanecíamos con necesidad de camas, hoy nos sobran. Entonces dentro de todo quizás este es el ritmo que iba a tener la epidemia. También tiene que ver mucho que la gente se está cuidando. Dentro de todo, veo que hay una gran mayoría que se cuida. Usan el tapaboca. Yo creo que la mitad más uno usa el tapaboca, se lavan las manos. Está ese que no le importa, como todas las sociedades. Pero yo creo que esa mayoría le cuida hasta al irresponsable y todo.

–¿Qué impacto está teniendo la cuarentena social en Asunción y Central, y qué faltaría ajustar?

–Dentro de todo está bien. Más restricciones creo que no hacen falta. Hay que aguantar un par de semanas más, estamos dentro de una fase de estancamiento de la epidemia, eso quiere decir que estamos bien, estamos controlando, no nos está superando la epidemia. Es cierto que necesitamos, por eso hicimos el convenio con los hospitales privados, nos ayuda por si nos hagan falta más camas de terapia. Hasta ahora solamente tres pacientes del Ineram, uno ya salió de alta y dos están. No es que tengamos 100 pacientes en terapia. Creo que tenemos que ir mirando ya la desescalada de a poquito.

–¿Están en una especie de meseta Asunción y Central?

–Sí. El dato del personal de blanco, que testeamos sí o sí, le estamos encima porque es el que va a atender al enfermo. Entonces es una población que le hacemos un seguimiento muy importante. Y si vemos una curva de descenso, es la tercera semana consecutiva que estamos dejando de tener casos entre ellos.

–La distribución masiva de Ivermectina ¿pudo haber contribuido a disminuir casos en Alto Paraná?

–En Alto Paraná se empezó a dar hace una semana la Ivermectina. El descenso ya tiene tres semanas. De hecho, la ola de muertes todavía sigue. Generalmente, el descenso de los casos se da y el de las muertes se da dos semanas después. Más de la mitad de los muertos del país son de Ciudad del Este. Y es un departamento que tiene el 10% de la población del Paraguay nada más.

–¿La cantidad de muertes puede ser por la Ivermectina?

–La Ivermectina hace rato que se viene usando en Ciudad del Este, ahora es una política de gobierno departamental, que se distribuye hace ocho días. Pero en realidad hace rato la gente estaba usando. Igual es el lugar con más muertos en el país. El impacto de la Ivermectina prácticamente es difícil de demostrar.

–¿Qué preocupa de esa zona?

–Lo que sí nos preocupa es que más del 70, 80% de los muertos todos llegan superpolimedicados, ya habiendo tomado los kits, habiendo tomado Ivermectina.

–¿Por qué no se recomienda desde Salud el uso de la Ivermectina?

–Nosotros no podemos como política pública poner algo que prácticamente no tiene evidencia. En Australia se hicieron estudios invitro con este medicamento. Revisamos las guías del Ministerio de Salud de Australia y dijeron no usar Ivermectina. El país que hace la evidencia y no aplica en su política de gobierno es contundente que la Ivermectina no funciona.

–¿Qué pasó con los países que decidieron utilizarla?

–Lastimosamente, los países que decidieron usar parece que han utilizado muy mal, catastróficamente. Y son estados que han querido dar una señal por lo menos a su pueblo que están haciendo algo y hacen uso de eso. Perú, por ejemplo, que usó como política de Estado, tiene una tasa de mortalidad alta; Bolivia también está muy cerca, también tenemos Brasil. Y es muy notable porque países europeos y otros no tienen como política. Ni siquiera los de África Subsahariana, ni siquiera los asiáticos. Se usa pero dentro de ensayos, hay médicos que están usando, pero está dentro de un estudio, no es una política del Ministerio de Salud.

–¿Qué proponen desde el Ministerio de Salud con respecto a la Ivermectina?

–Lo que proponemos es el estudio. De hecho, hay un proyecto de la Facultad de Ciencias Médicas que me parece muy interesante donde van a usar la Ivermectina, pero dentro de un ensayo clínico y van a ver cómo es, si se cura la gente, si complica menos. Dentro de este marco sí, pero como política pública no.

–¿La desaceleración llegó antes de lo que esperaban?

–Totalmente. Nos sorprendió gratamente. Pero por eso no quiero cantar victoria. Estados Unidos tuvo una desaceleración así. Primero Nueva York, que fue una catástrofe y el resto del país estuvo tranquilo, después cayó Nueva York y terminó la epidemia aparentemente, después empezó en el resto del país y es cinco veces más grande.

–¿Para cuándo se espera el pico en el país?

–Es difícil saber, si ahora estamos en la meseta es probable que ahora estemos en el pico. Puede ser. O bien puede ser que vuelva a remontar. Es muy difícil de saber. Las predicciones hablan, la de EEUU nos muestra el pico allá a finales de octubre más o menos y un descenso importante para todo noviembre. Yo creo que va a ser un poco antes, nosotros manejamos que se va a dar principalmente en la primera semana de octubre, probablemente. O sea en las próximas dos o tres semanas se va a dar.

–¿En setiembre se tendrá el doble de lo que se tuvo acumulado en todos los meses anteriores?

–Sí. El lunes habíamos hecho un análisis de duplicación de casos y nos salió que se da cada 17 días. La mortalidad también se duplica más o menos en ese periodo. Estaba en 14 y un poco más. Veníamos descendiendo. Estaba cada 20, cada 16. A los países que les fue mal cada tres o cuatro días se duplicaban sus casos. Ese periodo de cada 17 días es otra señal que estábamos estancados.

–Esa duplicación de casos en los demás países ¿tenía que ver con la capacidad de testeo que ellos tienen en cuanto a cantidad?

–Siempre se deben hacer ajustes de tasas para poder compararse con otros países. Nuestra capacidad de testeo es un marcado para encontrar más o menos casos. Igualmente vemos un descenso de consultas. En varios lugares, la gente no está consultando, entonces es difícil salir a buscar así. Hubo momentos en que tuvimos que salir a buscar casos en los bañados. Vemos un descenso de la demanda del test.

–¿Llegaron a un punto de alarma máxima cuando empezó a haber muchos casos por día?

–Sí. Obviamente ese de 1.200 nos asustó mucho. Y esperábamos que se dupliquen en los próximos días y luego no volvió a aparecer, excepto ese jueves siguiente con 1.000 y algo, pero no hay un aumento importante. Hay buena colaboración de la gente que usa el tapabocas y eso frena muchísimo. Ni siquiera el testeo masivo frena la epidemia. Un estudio británico indica que si hacemos 50.000 test al día en Paraguay, el aporte para frenar la epidemia es del 2%. En realidad lo que ayuda a frenar la epidemia es que si una persona tiene síntomas, se tiene que quedar en su casa, con eso entre 29 y 30% se frena la epidemia. Si esa persona hace que su familia se quede en su casa, se suma un 20% más. Si también le avisa a sus compañeros de trabajo que dio positivo y les dice que se queden en su casa, con eso ya es casi 60%.

–¿Cómo están viendo el tema de los aislamientos?

–Lo que estamos revisando es el tema de los albergues para los que vienen de afuera. Esto de llevarles a los albergues era en otra etapa de la epidemia. Pero ahora, que hay circulación comunitaria, no nos ayuda mucho, la persona está ahí y luego se contagia afuera. Entonces, el riesgo es más afuera que adentro. No es más un freno, es un esfuerzo muy grande que estamos haciendo. Eso estamos revisando.

–¿Qué es lo que más preocupa a la salud pública después del Covid?

–Que nos estamos olvidando de un montón de otras enfermedades, algunas de por sí olvidadas como el chagas, tuberculosis, lepra. Esas enfermedades que afectan a muchas personas en los sectores más carenciados y que ni aparecen en las estadísticas. No se está consultando y eso tarde o temprano se complica. Y es un problema más grave otra vez y más costoso para el sistema y la misma persona.

–En los niños ¿cómo puede impactar esta situación?

–A los niños no se les lleva a los controles. Los niveles de vacunación están entre el 10 y 15%. A causa de esto se produce un desfasaje en el esquema de vacunación y eso puede dar pie a otras enfermedades. Recordemos que tenemos la amenaza latente del ingreso de sarampión, lo que se agrava si no se cumple con la vacunación. Si existe miedo de llevar a sus hijos a los hospitales, este más que nunca es el momento en que las Unidades de Salud de la Familia pueden ser las aliadas para ponerse al día en eso y también para los controles de salud que deben realizarse todos. Especialmente aquellas personas que padecen enfermedades crónicas y los recién nacidos que nacieron durante la pandemia del Covid en el país.


ENTREVISTA AL EPIDEMIÓLOGO, DR. GUILLERMO SEQUERA

POSIBILIDAD. Hace tres semanas se ve un menor crecimiento de los casos de Covid en el país.

CUMPLIMIENTO. A pesar de la relajación, son muchos más los que cumplen con las medidas.

DESACELERACIÓN. Si bien hay un descenso, el epidemiólogo dice que no es para cantar victoria.

IMPACTO. La cuarentena social puede ser otro factor que ha contribuido al freno de contagios.

Perfil del profesional
Víctor Guillermo Sequera Buzarquis es epidemiólogo y está al frente de la Dirección General de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud Pública, desde agosto del 2018. En el 2017 estuvo al frente de la Dirección General de Enfermedades No Transmisibles de dicha cartera sanitaria. Desde el inicio de la epidemia primero y posteriormente convertida en pandemia, se convirtió en uno de los voceros del MSP para informar sobre cómo el país iba a afrontar y sigue afrontando esta situación que genera el coronavirus a nivel nacional y mundial.
Sus estudios universitarios en medicina y posterior obtención del título, los realizó en la Universidad Nacional de Asunción. Entre sus áreas de conocimiento se encuentran las Ciencias Médicas y de la Salud, Epidemiología y Medicina Preventiva.

Las predicciones hablan, la de EEUU nos muestra el pico allá a finales de octubre más o menos y un descenso importante para todo noviembre. Yo creo que va a ser un poco antes, nosotros manejamos que se va a dar principalmente en la primera semana de octubre.

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