Las madres de dos líderes estudiantiles arrestados en el marco del proceso electoral de Nicaragua informaron el miércoles que solicitaron a la comunidad internacional mayor presión hacia el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, para que libere a sus hijos, investigados por supuesta traición a la patria.
“Hemos tenido reuniones con la comunidad internacional (Occidente). Hemos pedido sobre todo eso, que busquen otro mecanismo de presión, porque vemos que (Ortega) de las sanciones (contra sus familiares y altos cargos) se burla”, dijo en rueda de prensa Heydi Meza, madre del líder estudiantil Max Jerez.
A juicio de Meza, al mandatario “le importa un comino la situación económica de Nicaragua”, porque “él está lleno de dinero, porque él es el que tiene al país en crisis”.
Tanto Jerez, dirigente de la opositora Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), como Lesther Alemán, el estudiante que increpó al presidente Ortega durante el inicio de un fallido diálogo nacional hace tres años, fueron encarcelados hace dos semanas.
La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, un consuegro de Ortega, acusa a los jóvenes de ser los “cabecillas de tomas y destrucción” de la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), “donde cometieron delitos de robo con intimidación (asaltos), secuestros, lesiones graves, violaciones, extorsiones, destrucción y daños múltiples, durante el fallido intento de golpe de Estado” en el 2018, que es a como el Ejecutivo califica una revuelta popular por unas reformas a la seguridad social.
La situación de los líderes juveniles es similar a la de al menos 156 disidentes, según el Mecanismo de Reconocimiento de Personas Presas Políticas, de los cuales más de 20 son dirigentes opositores o líderes sociales recluidos en la cárcel El Chipote, en las afueras de Managua, y que ha sido denunciada como un “centro de torturas” de la Policía Nacional.