¿Se imagina usted en una competencia donde corra casi 36 horas bajo lluvia, viento y 1.200 metros de montaña?
Karina Molinas cuenta a ÚH su increíble hazaña conseguida a fines de setiembre pasado en tierras griegas, donde se convirtió en la primera “habitante del Paraguay”, como dice ella, en participar y completar los 246 kilómetros del Spartathlón, que se corre entre Atenas y Esparta, en Grecia. Con 37 años de edad, trabaja como contadora y es madre de Ximena, de 14 años; conoció su vocación de atleta en el 2009 y después de conquistar varias medallas se enteró de la “madre de las ultramaratones” a través de su entrenador Fabián Duarte.
Aunque su primera respuesta fue un “nooo” rotundo, la idea de participar fue acrecentándose y buscó las marcas. Cuenta que los preparativos la llevaron duros dos años.
35:44’ es el tiempo que ella utilizó, corriendo y caminando ¡¡¡Es demasiado!!! “Nunca pensé en abandonar porque me preparé”, asegura.
Su peor momento fue en tres de los 75 cortes, metas que debía alcanzar en un tiempo determinado, recuerda. “En tres llegué 3’ antes del cierre”, destaca para añadir que sus mayores soportes fueron su entrenador y su pareja, quienes estuvieron a su lado en la carrera. “Mis momentos de mayor angustia fueron cuando llegaba justo a los puestos. El tifón me tiraba atrás y el esfuerzo era mayor”.
Advirtió que físicamente estaba bien, pero que “no solo es físico, sino cabeza. Puede uno tener control sobre el físico, el resto se lo entregué a Dios. Soy muy creyente. Puse todo de mí y el resto dejé a Dios. Es más fácil quedarse que seguir”, apuntó. Aseguró que su objetivo era ver la bandera paraguaya en la meta y eso la impulsó para demostrar que “Paraguay también puede”.