«El Señor ha resucitado de entre los muertos, como lo había dicho; alegrémonos y regocijémonos todos, porque reina para siempre.
Aleluya». La iglesia, con la antífona de entrada para la Misa de hoy, nos invita a todos a unirnos en coro a esta exclamación de alegría.
Las mujeres que seguían al Señor, impulsadas por su amor, habían ido a visitar la tumba de su maestro. Sin embargo, vuelven inmediatamente a casa, corriendo, para contar a los demás lo que les ha sucedido: La han descubierto vacía y se han encontrado con Jesús... ¡que está vivo!
«Después de los ritos del Triduo Pascual, que nos han hecho revivir el misterio de la muerte y de la Resurrección de nuestro Señor, ahora, con los ojos de la fe, lo contemplamos resucitado y vivo. También nosotros estamos llamados a encontrarlo personalmente y a convertirnos en sus anunciadores y testigos».
María Magdalena y el resto de las mujeres que siguen a Jesús serán las encargadas de dar la noticia a los apóstoles. Jesús les confía a ellas el primer anuncio de la Resurrección, ellas serán «las primeras testigos de esta verdad.
Quizá quiera premiar su delicadeza, su sensibilidad a su mensaje, su fortaleza, que las había impulsado hasta el Calvario».
La fuerza de su testimonio nace de un amor sincero por el Maestro.
El motor de la evangelización en la iglesia ha sido siempre la caridad. Así sucede en la vida de los santos que, movidos por el fuego de su amor al Señor, lo han anunciado con mucha valentía y coraje.
Como los ríos se desbordan de su cauce en la primavera, haciendo el campo más fértil, «el apostolado es amor de Dios, que se desborda, dándose a los demás. La vida interior supone crecimiento en la unión con Cristo, por el Pan y la Palabra.
Ahora sabemos que el Señor está vivo y nos ama; esta es la gran noticia que llena de esperanza nuestra vida. … «Id y anunciad».
Parece decirnos a cada uno de nosotros: “Con tu vida, con tu palabra, con tu amistad, también tú puedes comunicar a tus hermanos los hombres la gran noticia de que la vida es más fuerte que la muerte, y el amor más fuerte que el odio”.
(Frases extractadas de https://opusdei.org/es-py/article/meditaciones-lunes-santo-octava-de-pascua/).