EFE
Los Ángeles
El extremo secretismo con el que lleva su vida el cantante mexicano Luis Miguel ha vuelto a ser protagonista esta semana en la que, sin decir nada, el artista habría sido hospitalizado, operado, luego dado por muerto y después de alta, noticia que se confirmó ayer.
Una situación que terminó derivando esta semana en un rocambolesco relato de los problemas de salud de Luis Miguel, hasta ahora solo presuntos.
La historia estalló el pasado lunes, cuando una presentadora de un canal de televisión hispano aseguró que unas fuentes de confianza le informaron que el intérprete había sido internado.
Primero se situó el centro médico donde estaría ingresado en Los Ángeles (EEUU), el Cedars-Sinaí, cuyo gabinete de relaciones públicas evitó entrar a valorar los rumores.
Se contaba que el cantante se estaba sometiendo a una prueba de ADN para descubrir quién es su verdadero padre.
Luego más testimonios anónimos de personas supuestamente cercanas a Luis Miguel explicaron que el cantante padecía una enfermedad producida por una bacteria en sus pulmones y que los antibióticos que se tomaba le habían producido una reacción gástrica.
El miércoles, se anunció que tenía que pasar por el quirófano, aunque su estado no revestía gravedad.
Un día después, la trama de chismes tomó otro rumbo y situó a Luis Miguel en cuidados intensivos, muy grave y débil, bajo un régimen limitado de visitas y con su familia angustiada.
Al parecer la bacteria que atacaba su organismo estaba tolerando los fármacos y los doctores no daban con los medicamentos necesarios para salvar su vida.
La misma fuente incorporaba otro aspecto novedoso a la historia al asegurar que las dolencias del artista tenían su origen en una operación de estética que se quiso regalar Luis Miguel para celebrar con algunas arrugas menos su 40 cumpleaños el 19 de abril.
Algo salió mal en la clínica de Beverly Hills y tuvo que ser trasladado al hospital donde se encontraba.
Durante las últimas horas del jueves, en Twitter se propagó la idea de que Luis Miguel habría muerto, lo que produjo cierta confusión ya que la noticia se refería a un deportista y no al músico.
Para ayer, nuevos testimonios anónimos anunciaban la salida del cantante del hospital, en silla de ruedas y con visible debilidad, lo que pondría fin a este culebrón de opacidad informativa en el que bien podría no haber pasado nada.