“Sobre el amamantamiento comenzó el mito con la Revolución Industrial, ya que la madre sale a trabajar y no puede pasar tiempo con la criatura, lo que da inicio a las fórmulas de bebé”, comenta la pediatra Julia Acuña, jefa de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, Instituto de Medicina Tropical.
“Empiezan a circular las informaciones erróneas, como que la leche materna no alimenta del todo al niño, o que la leche materna no tiene todas la vitaminas y se debe complementar con la fórmula”, expresa al resaltar que la leche materna tiene todos los beneficios, además el intestino absorbe mejor las vitaminas y el hierro que la de una de fórmula.
Explica que el bebé que mama lo hace con más frecuencia porque la leche materna es más suave. “La fórmula es una bomba, entonces llena más, y el niño duerme más, pero no porque duerma menos la leche materna no le satisface. El niño que mama duerme menos porque la leche es más suave. Además, ese bebé lo que busca no es alimentarse, sino la protección y contención de la madre. Succionar al niño le libera las endorfinas, el bebé succiona porque tiene frío, hambre o está feliz”.
“Otro mito es el relacionado con la vacuna”, destaca el doctor Alejandro Macías, profesor titular del área de Microbiología de la Universidad de Guanajuato, México, quien recientemente visitó el país.
Explicó que esta falsa creencia nació tras una investigación que contenía datos erróneos y relacionaba al autismo con el sarampión. “Que la propia vacuna causa síntomas similares a los que pretende combatir, como la vacuna antigripal, es mentira. Eso no puede ser porque aquí en Latinoamérica ni siquiera tienen virus vivos. Lo que sucede es que la gente se aplica la vacuna en temporadas altas de este tipo de enfermedad”.
Agrega que se debe eliminar la creencia de que las embarazadas no pueden recibir la vacuna. “Es erróneo debido a que el niño nace sin la protección de la madre si ella no recibió la dosis. Si se vacuna la madre le pasa los anticuerpos por la sangre; sin embargo, el bebé nacerá sin ciertas protecciones si la mamá no está con el esquema de vacunación actualizado”, expresó.
Resaltó que es cierto que hay vacunas que no deben aplicarse en el embarazo, sobre todo las que poseen virus vivos, no son aconsejables, aunque no haya investigaciones.
“En el caso de las vacunas inactivas sí pueden aplicarse en el embarazo. Es más, la de influenza debe ponerse cada año, porque si el niño nace y se enferma en los primeros meses puede fallecer por no contar con la protección adecuada. Si nace de una madre vacunada, ella le pasa los anticuerpos y el niño estará protegido”.