- Pepe Vargas
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Entre los millones de paraguayos y fieles católicos que estarán acompañando, hoy, por televisión la creación de monseñor Adalberto Martínez como el primer cardenal del Paraguay, los más caros al afecto del prelado serán sus padres, cuyo recuerdo estará presente a través de un retrato que llevó Gustavo, el menor de sus hermanos, para este acto histórico.
Eligió la foto donde su madre, Chula, como le decía con cariño don Aureliano, se abalanza sonriente sobre su padre en un abrazo que quedó para la posteridad. A decir verdad, en casi todos los retratos familiares en que aparece el matrimonio Martínez Flores, ella siempre le rodea con los brazos al marido.
“Ellos ya no están y siempre estuvieron muy orgullosos de él (de Adalberto), asombrados, y mi madre siempre le decía: Mi hijo por qué trabajas tanto, no podés hablar con alguien”, relató al dar cuenta de que su hermano ni en su casa se despega de sus labores pastorales.
“Óscar (el tercero de los hermanos y que reside en EEUU) y yo le estaremos acompañando y lo más primordial es llevar el retrato de mis padres, que estén ahí. Ellos, don Aureliano y Chula, van a estar presentes a través de este retrato acompañándonos”, compartió con ÚH Gustavo poco antes de partir a Roma.
Suscribe que todos en su familia están más que orgullosos de su hermano, quien a partir de hoy pasará a integrar el Colegio Cardenalicio, órgano de máxima jerarquía de la Iglesia Católica.
“Estamos bastante felices por el logro de nuestro hermano. Aprendió mucho a través de su experiencia el trato con la gente y, sobre todo, de escuchar y tratar de solucionar (problemas); desde siempre fue un buscador de justicia”, contó.
De los dos retratos que Gustavo pensaba llevar, solo pudo empacar uno (foto principal). “La presencia de ellos es muy notoria. Con Adalberto vivimos juntos en la casa de mis padres. Fue muy fuerte la presencia de ellos, a través de sus vivencias, desde que éramos chiquitos y dejaron un gran legado”, expresó.
En efecto, consultado el arzobispo –días antes de viajar– sobre lo que más atesora y que llevaría en su equipaje en este viaje, dijo a esta hoja: “Como siempre, pero sobre todo en esta ocasión muy especial, estarán muy presentes en mi corazón mi papá, don Aureliano, y mi mamá, doña Esmeralda, Chula, quienes ya gozan de la presencia del Padre Celestial y, estoy seguro, me acompañarán e intercederán por mí, junto a Chiquitunga”.
NÓMADAS
La familia Martínez Flores desde un principio iba de aquí para allá, asentándose temporalmente en varios latitudes del país. Ocurre que don Aureliano se había especializado como “microcopista”, una profesión poco extendida en su época. “Tomó un curso técnico en microscopía y a partir de ahí el Ministerio de Salud le comenzó a enviar por todos los pueblitos, en busca de prevención del mal de chagas”, comentó Gustavo mientras repasaba una parte de la historia familiar.
Se pasaron recorriendo, sin residencia fija, como nómadas, el territorio nacional. “Así fue que cada uno nació en distintas partes del país. Yo nací en Coronel Oviedo, Adalberto creo que nació en Chaco’i, pero realmente lo anotaron acá en Asunción. Y mis otros hermanos nacieron en Capital”, indicó.
Y enumera la “infinidad de veces” que se mudaron: “Entre Pirizal (Chaco), Cnel. Oviedo, Puerto Antequera, Nueva Londres, Yataity. Creo que el que sigue la tradición es Adalberto, de ser un poco nómada, él es el que está más inquieto que todos nosotros”, resaltó.
Sobre su madre, Esmeralda, refiere que su “especialidad era una amabilidad increíble”, ya que “para mucha gente fue inolvidable”, aseguró al señalar que ella trabajó como secretaria de gabinete del Ministerio de Salud durante varios años y sobrevivió a tres ministros, pero “ni ahí aprovechó su condición a su favor”.
Gustavo y Adalberto cuidaron de su madre hasta sus últimas horas de vida. Ambos profesaban un profundo amor por su madre; en especial Adalberto, quien atesora varias fotos junto a su mamá. “Aprendí a conocer a mi madre de más grande, cuando tuve la oportunidad de cuidarla por cuatro años y fue una santa”, exteriorizó Gustavo.
HORA Y PICO
El Consistorio Ordinario Público de creación de nuevos cardenales se iniciará a las 10:00 (hora paraguaya) y será transmitido por Telefuturo y Latele.
El acto histórico que se llevará a cabo en el interior de la Basílica de San Pedro duraría poco más de una hora, según estiman desde la comitiva eclesial que acompañó al arzobispo. Hacia el mediodía (18:00 en Roma), los nuevos cardenales atravesarán el Jardín Vaticano para llegar hasta la residencia privada del papa emérito Benedicto XVI para darle el saludo correspondiente.
En la capilla Pablo VI, el cardenal paraguayo saludará a todos los fieles e invitados presentes en la Santa Sede
NUEVA MISIÓN
La primera función que tendrá, a partir de hoy, monseñor Adalberto como los demás nuevos cardenales es la elección del nuevo Papa. Para eso, se llama a un cónclave del Colegio Cardenalicio, vigente desde el año 1059.
En circunstancias habituales, el deber fundamental de los cardenales es asistir y aconsejar al Papa. Muchos, gobiernan diócesis o arquidiócesis importantes, presiden organismos de la Curia Romana y participan activamente en la administración de la Santa Sede.
El cardenal Adalberto, mientras, seguirá al frente de la Arquidiócesis de Asunción, de la presidencia de la Conferencia Episcopal y como administrador apostólico del Obispado Castrense.
Jóvenes realizan vigilia en honor al nuevo cardenal
Jóvenes de la Pastoral de Juventud Arquidiocesana (PJA) llevaron a cabo el día de ayer, desde las 18:30 hasta las 20:00, una Vigilia de Gratitud y Oración en la ocasión de la creación del primer cardenal para el Paraguay, monseñor Adalberto Martínez Flores.
La vigilia se llevó a cabo en la Capellanía Virgen de la Asunción. Vanina Fernández, coordinadora de la PJA, mencionó que los jóvenes tienen mucho entusiasmo por conocer al nuevo cardenal paraguayo y resaltó la magnitud del cargo del arzobispo para la Iglesia Católica en el país.
“Nos toca a nosotros ver la creación de un cardenal para la Iglesia paraguaya”, expresó emocionada.
