El Centro de Importadores del Paraguay (CIP) es otro de los gremios cuyos dirigentes esperan poder reunirse con el nuevo presidente electo, Santiago Peña, para tratar con él varios aspectos que atañen a este sector, entre los que resalta uno de los temas más sensibles, que afecta muy esencialmente a las importaciones legales: El combate frontal al contrabando y la informalidad.
Iván Dumot, presidente del Centro de Importadores, señaló que, antes de las elecciones presidenciales del 30 de abril pasado, ya se habían reunido con tanto con Peña como con Efraín Alegre, a quienes expusieron las mismas inquietudes y les presentaron tres planteamientos básicos que encarar durante la nueva gestión de gobierno.
El primero y principal punto, según comentó Dumot, tiene que ver con el contrabando, sobre el que señaló que las nuevas autoridades deberían de cambiar la forma de encarar la lucha contra este flagelo.
El titular del CIP aduce que para tener éxito en esa lucha plantea cambiar el actual protocolo de combate a este flagelo, que, según destacó, se encuentra totalmente viciado, por lo que si se sigue aplicando el mismo nunca se podrá resolver el problema.
Dumot agrega que se deben adoptar controles en las fronteras, similares a los ejercidos por los brasileños en sus límites con Paraguay, para evitar el masivo ingreso de productos ilegales, como sucede actualmente.
Además, el importador señala que la constante devaluación del peso argentino no ayuda en nada a que disminuya el ingreso ilegal de mercaderías, principalmente desde la Argentina, por lo que se debería cambiar la metodología de lucha. Insistió sobre la necesidad de sentarse con otros gremios empresariales para trabajar sobre políticas de combate mucho más duras contra este flagelo.
Simplificar trámites. El otro aspecto que los importadores esperan que tenga en cuenta el nuevo titular del Poder Ejecutivo hace referencia a la simplificación de los trámites para las importaciones y la eliminación de tasas aplicadas por cada ministerio o institución estatal, que no fueron creadas por ley, sino por simples resoluciones ministeriales y que encarecen los procesos de importación.
Menciona como ejemplo el establecimiento de la licencia previa de importación, las licencias de Senave y de otros órganos que nada tienen que ver con las importaciones.
“Estas instituciones, supuestamente, establecen una supuesta función de control, que en realidad no ejercen y sobre las cuales cobran tasas que significan un incremento de costo para el importador. Las tasas deberían darse por servicios realmente prestados, que no hay, pero de igual manera se siguen cobrando”, reclama Dumot.
Informalidad. El tercer aspecto que preocupa al gremio de importadores es la creciente tasa de informalidad, que debería de revisarse, sobre todo desde el punto de vista de las tasas impositivas en general.
“Porque si bien ambos presidenciables (Peña y Efraín Alegre) manifestaron la postura de que no había que aumentar impuestos sin antes resolver el problema del gasto público, los importadores esperamos que este nuevo Gobierno conforme una mesa en donde se estudie la real mejora del gasto público y que desde esta perspectiva se obtenga un ahorro y una situación fiscal más sana, para que no se tenga que presionar con nuevos impuestos sobre los mismos contribuyentes de siempre”, afirma el presidente de los importadores.
