Con justa razón, maestros que trabajan con el programa de Matemáticas desde hace casi una década, lamentaron los errores en los materiales de texto. “Por supuesto que no podemos aceptarlos, hablamos de educación”, indicó una profesora en una conferencia de prensa organizada por el propio ministerio.
Este error le costó un tirón de oreja de parte de la Unión Europea a través de un correo electrónico, que luego fue respondido por Petta en su “cuenta personal” de Twitter.
Por el tono y los errores en su tuit, pareciera que el mismo titular de la cartera escribió los libros de texto y los mandó imprimir sin correcciones ni ediciones.
Los analistas suelen decir que entre los principales problemas del MEC está la falta o la pésima gestión de quienes son nombrados al frente y sus colaboradores principales.
Es lo que se le reclama a Petta. La falta de gestión. Un profesor decía el otro día que la comunidad educativa perdió toda la confianza posible que podía tener en su figura. ¿Es posible seguir gestionando así la cartera estatal más grande, y tal vez la más importante de todas?
Uno podría decir que los horrores ortográficos no son tan importantes, o que no son el problema de fondo. Sin embargo, es una causa más que aporta al desprestigio de la educación pública que se brinda en el país. Además, por única responsabilidad de quienes administran ese ministerio, un programa que podría ser positivo para los estudiantes, como lo es MaPara, queda en segundo plano.
Errores así en libros de texto que costaron miles de millones de guaraníes no se pueden dejar pasar. No se pueden olvidar.
Para colmo, entre justificaciones, volvemos al tuit donde Petta responsabiliza a la Unión Europea por la “clace”. Sí, la entidad que decidió donar 47 millones de euros de los impuestos de ciudadanos europeos para apoyar a la gestión educativa de país.
Recordemos que Paraguay sigue siendo uno de los países que invierten las cifras más bajas en el sector. Alrededor de 3,7% del PIB va para la educación, cuando otros están cerca o superan el 7%.
En síntesis, difícilmente programas como MaPara puedan extenderse sin estos aportes externos, ya que desde el Ejecutivo no se apuesta por una reforma impositiva que pueda inyectar más recursos.
El único nuevo tributo planteado desde el Ejecutivo es el homenaje a la dictadura stronista que se dio el pasado 6 de febrero, con reimpresiones de libros como Semillita y Estrellita.
Ese día Petta tuvo el descaro de pedir la colaboración de todos los ex ministros para el proyecto de Transformación Educativa 2030, entre ellos Ñandejára Taxi, cercano colaborador del régimen autoritario.
Hay que preguntarse a qué se apunta o qué tipo de educación quiere plantear el Gobierno en la conversación para la transformación educativa, llamando a cuestionadas figuras de la época de Stroessner.
El mensaje de parte del presidente Marito, hijo del ex secretario privado del dictador, parece claro al organizar con su amigo Petta estos homenajes a ese pasado que ya no queremos.
Si vamos un poco más atrás, podemos encontrar otro error en la gestión actual: La falta de docentes a causa de la masiva jubilación de educadores que se dio en 2019.
El año pasado, ante el desastre por la falta de profesores en centros escolares públicos, desde el MEC brindaron mil excusas y ni siquiera utilizaron de emergencia su Banco de Datos de Docentes Elegibles, unidad creada para este tipo de casos.
Los jóvenes indicaron en una manifestación, el viernes pasado, que no piensan tolerar otra falencia similar en las aulas en este curso lectivo.
La vuelta a clases de 1.500.000 estudiantes este viernes 21 será un reflejo de la gestión actual de Petta y de quienes lo rodean en el MEC. Será turbulenta, excepto, tal vez, si se dan algunos cambios en la cartera.
