El Video Arbitraje (VAR) no vio o no quiso ver la violenta patada de Armani a Derlis González, que debió ser tarjeta roja directa para el arquero y no simplemente la cómplice amarilla del brasileño Wilson Sampaio. El juez tampoco pidió ver las imágenes para tener, quizás, mayores elementos para juzgar la furibunda patada.
En el penal de Argentina, la imagen que transmite la tevé no fue contundente y salvo que la organización tenga la imagen más clara, nunca se vio una mano clara de Iván Piris como para justificar dicha sanción.
Otro punto discutible y criticable al juez fue la omisión de la tarjeta amarilla al defensor argentino Otamendi al cometer el penal contra González. El paraguayo se abría con balón dominado en el área rival, solitariamente hacia la portería, con posibilidad de gol, cuando el central lo cruzó desde atrás. Se mereció la tarjeta. Esto sumado a que luego Otamendi fue amonestado por una entrada muy brusca contra Almirón.