Nunca Nacional se sintió cómodo en el césped del Arsenio Erico anoche y en tratar de estarlo se le fue el campeonato.
A pesar de que los dirigidos por Hernán Rodrigo López intentaron imponer su acostumbrado circuito de juego, River Plate los atosigó en los primeros 20, 25 minutos de cada tiempo y, en el segundo centro que llegó desde la derecha, a espaldas de un Clar atónito, Dionicio Pérez hizo lo suyo en el área chica y cobró para su escuadra al comenzar nomás la segunda parte, decretando el que sería el resultado final: 0-1.
El local ya no jugó con línea de tres siquiera desde entonces, pues sus dos centrales empezaron a ocupar casi el centro del campo, los laterales se mostraron abiertos y Ayala y Arrúa trataron de encontrar las fisuras que no hubo en un eficaz mecanismo defensivo (contraofensivo, además, ya que en los retrocesos la Academia tambaleó), el que nos tiene acostumbrados los equipos de Celso Ayala, aguerridos y veloces cuando cuentan con los jugadores justos en los momentos en los que el partido lo exige: Molinas y Sosa, por un lado, González y Otazú, por otro. No cambió Chito un jugador hasta el minuto 87’, lo que habla a las claras lo que le exige a su equipo en rendimiento físico. Por eso ganó River. Por eso y por su inoportuna inoperancia, Nacional es ahora tercero.
La figura
Dionicio Pérez
Un buen estado físico para una seguidilla de partidos. Un gol en el momento justo para dar el triunfo a su equipo.