20 jun. 2025

Líderes para tiempos de guerra

Juan Luis Ferreira E., presidente de ADEC

El Presupuesto, o PGN 2021, fue anunciado como un “presupuesto de guerra”. Está anunciado también como un presupuesto por resultados. No ha sido una desilusión. Entendemos que es un primer paso tratando de gastar mejor y de instaurar algo de meritocracia. Deja también abiertas algunas puertas para aumentos, incrementar gastos y alguna que otra situación de excepción. Como todos los años las agrupaciones organizadas están preparadas para todas las acciones pertinentes que les permitan conseguir reajustes, aumentos o restituciones con algunos preconceptos erróneos: es la fuerza la que da la razón, el dinero del Estado es infinito, y los beneficios son intocables.

Por eso, si bien es absolutamente necesario un PGN 2021 austero y, sobre todo, con un plan de 2 o 3 años que nos permita recuperar para el 2023 los índices macroeconómicos que mantuvimos durante años y que nos enorgullecieron mundialmente y nos permitieron igualmente ser respetados como país responsable y ordenado en esos aspectos, es también absolutamente necesario que aparezcan los líderes para tiempos de guerra: los que saben “golpear la mesa” tienen claras las prioridades que el pueblo merece y convencen a los demás para que los sigan por el camino necesario. Esos líderes también hacen renuncias, concilian, esperan cuando es necesario y están dispuestos a rendir cuentas y hemos tenido varios en nuestra brillante historia militar y civil.

Las revoluciones más importantes de la humanidad no se dieron porque los ricos o las autoridades (a veces son las mismas personas) fueron ostentosos, inútiles, ilegítimos o ilegales, se dieron principalmente porque la gente se cansó de la basura, las enfermedades, la inseguridad, la falta de agua, la falta de comida, vestimenta y techo. Un líder del siglo 21 tiene en cuenta las redes sociales y las opiniones públicas, pero no está pendiente de los “me gusta” o de su popularidad digital. Su accionar se orienta a logros reales y sustentables que no necesitan campañas publicitarias, discursos o justificaciones. El Paraguay tiene muchas personas así y el ciudadano común, más que nunca, debe perseverar en hacer su parte y seguir votando, incidiendo, y opinando para ser atendido. Debemos terminar con un país bendecido con muchos recursos y lastimosamente dividido en dos, como sabiamente lo expresó Helio Vera: el real y el que queremos creer que es real. Debemos terminar con estos “mundos paralelos”.

En las próximas semanas cada parlamentario deberá mostrar su patriotismo y no se trata de violar la ley: si la ley exige un gasto que es de imposible aplicación es el momento de actuar con innovación y coraje, y negociar las mejores alternativas de cumplimiento posible.

Que el Espíritu Santo nos ilumine para dar los primeros pasos hacia un PGN que respete prioridades, bien común y que sea ejecutado por líderes con los cuales todos nos sentimos representados.