08 feb. 2025

Legado de Aimé Bonpland

Aimé (Amado) Jacques Alexandre Goujaud Bonpland, médico y naturalista francés (1773 -1858), explorador de América del Sur. Durante su permanencia forzada en el país bajo la dictadura del doctor Francia, se interesó por la botánica del Paraguay y clasificó en un índice de plantas nombradas en guarani, francés y nombres científicos, algunos con nombres dados por el autor.

  • Victoria Benítez Martínez
  • Universidad e París

Gaspar Rodríguez de Francia, deseoso de salvaguardar la soberanía nacional, rechazó la presencia extranjera en el país. Los pocos extranjeros que entraron en territorio paraguayo se encontraron prisioneros, como el científico francés Bonpland, quien tuvo que permanecer en el país durante más de nueve años contra su voluntad. Se hicieron numerosas peticiones para su liberación, la de Richard Grandsire, naturalista y diplomático, y la de Simón Bolívar (carta del 23 de octubre de 1823), a la que Francia no respondió, no contribuyeron a su salida.

Bonpland entró en Paraguay con el pretexto de la investigación botánica. Sus relaciones con los caudillos argentinos, enemigos del Dr. Francia, habrían provocado la sospecha de que era un espía de Argentina y de Francia. La práctica del espionaje por parte de los países era común entre los viajeros de la época, y como Paraguay aún no era reconocido como país independiente por estos países, esta situación fomentó un clima de animosidad de parte del Dr. Francia hacia los extranjeros.

Al no poder salir del país, Bonpland estudió las plantas, pudo trabajar en la agricultura, en la fabricación de aguardiente y licores, y montó una carpintería y cerrajería. Aunque se vio obligado a permanecer en Paraguay, llevó una vida agradable.

Un resumen de algunas de las plantas descritas en guaraní y con el nombre científico por Bonpland:

1- Abati: morotî, tupi: Zea; Guaycurú: variedad particular descrita por Félix de Azara: Guttifera (clasificada por Bonpland en la décima familia de Linné) (Carl von Linné, naturalista sueco).

Abati timbabi: Árbol resinoso, parece ser el mismo que el descrito por el padre Quiroga sin nombrarlo en su viaje a Cuyaba, Brasil, que dice produce Gomme -gutte (resina vegetal).

Abati-y: Nelumbium (Bonpland); 2-Abayibacue: (variedad gigante descrita por Azara), Convolvulus Batatas; 3-Aguapé: Nimphea; 4- Aguará–ybá: Pistacia Lentiscus. 5- Aguara-iba guazú: ou schinus mollé (según Bonpland); 6- Aguara-iba miri ou michi; Idem –negro (las diferentes variedades de Aguaraiba proporcionan el renombrado bálsamo que los Jesuitas llamaban bálsamo de las Misiones).

7- Aguay: Styrax; 8- Aguay guazú: Styrax zachras (según Bonpland);

9- Amambay: Dryopteris Filix-Mas; 10- Amambay-guazú: Polypodium.

1- Amambay-mini: Adiantun vel Asplenium; 12- Anday (pepino ?): Cucumis; 13- Andayrar: Cucumis Colocynthis; 14- Añangapiré: Myrtus; 15- Arachichú: Solanun nigrum; 16- Arachichú-guazú: Strychnos (nux) vomica; 17- Ararazá-guayrá: Psidium (Bonpland); 18- Araticú: Annona cherimola; 19- Arazay: Myrthus (se parece mucho al guavirami, aunque no es la misma especie); 20- Atuay: (un árbol); 21- Ayuñandé: Laurus; 22-Bocanjá (Mbocaja): Elaeis/Cocos nucifera.

23- Burroibá: Tussilago; 24- Ibá damichay: Myrthus (Bonpland); 25-Ibá Porée: Fruta utilizada como comestible. De sus bayas se fabrican mermeladas muy populares y deliciosas en Paraguay.

26- Ibá Poroité: Myrthus (Bonpland); 27- Ibá Purú o Ibá Porée; 28- Ibar: Sapindus; 29- Ibiá guazú: Oxalis acetosella; 30- Ibopé: Ceratonia siliqua; 31- Ibopé guazú: Mimosa (según Bonpland); 32- Ibopé Pará: Cassia fistula; 33- Cambeanaby: Mimosa (según Bonpland); Ídem: al igual que cambeanaby, sus vainas dan un buen tinte negro; 34- Iboti novia: Bellis Perennis; 35- Iboti pytá: Carduus; 36- Iboti Yuba: Chrysanthemum; 37- Juca: Amyris elemifera; 38- Jup (ysypo): liana se conoce con el nombre genérico de ysypo y clasificada por Bonpland como mimosa; 39- Ídem, Jupó Morotî; 40- Igary: Cedrella odorata (Bonpland); 41- Ibá Puncé: lo mismo que Ibá Porée e Ibá Purú; 42- Isau Caá: hierba de hormigas (literal nombre de la hormiga, Isaú).

Una carta de Bonpland tras ser liberado por el Dr. Francia, a su amigo francés Roguin, en Argentina, detalla sus sentimientos sobre la salida de Paraguay.

«San Borja, 22 de febrero de 1831. Viejo amigo, convencido del vivo interés que todavía tiene en mí, me apresuro a anunciarle mi partida del Paraguay. Después de una estadía de veinte meses en Itapúa, donde creé y dejé un segundo establecimiento agrícola, finalmente crucé el Paraná por orden supremo el 2 de febrero. El día 8 dejé las orillas de este río y el 15 llegué a San Borja.

El portador de estas líneas, el señor Araújo, comerciante portugués, a quien conocí en Itapúa […]. La excesiva crecida del río no me ha permitido aún pasar todas mis pertenencias, pero en cuanto estén de este lado, visitaré todos los pueblos de las Misiones de la margen izquierda del Uruguay.

Luego iré a Corrientes, donde espero encontrar especialmente mis libros, que se han vuelto sumamente necesarios para mí después de la pérdida de varias obras en los primeros meses de mi entrada en el Paraguay. De Corrientes probablemente regresaré a San Borja, y cuando termine de llevar todas mis cosas aquí, me iré a Buenos Ayres, donde tanto necesito ir.

Para poner fin a todas las tristes suposiciones que usted y todos mis empleados deben haber hecho naturalmente sobre mi existencia durante los nueve años de mi detención en Paraguay. Debo decirle que he vivido una vida lo más feliz posible, aunque me he visto privado de toda conexión con mi país, mi familia y mis amigos. La práctica de la medicina siempre me ha proporcionado un medio de subsistencia, pero como no me ocupaba todo el tiempo, me dediqué a la agricultura tanto por placer como por necesidad, y lo encontré un gran placer.

Al mismo tiempo, monté una fábrica de licores. Luego, una carpintería y una cerrajería para satisfacer las necesidades de mi granja. Adquirí los medios para vivir lo más fácilmente posible.

El 12 de mayo de 1829, el delegado de Santiago (Misiones) me informó de la orden del supremo dictador de abandonar el país. Esta orden era una mezcla de justicia e injusticia que aún no he podido explicar positivamente. Crucé el río Paraná con todos los honores de la guerra. Este segundo periodo de mi vida en Paraguay fue un verdadero tormento para mí. Nunca había dado a nadie una razón para quejarse de mí.

Estaba bien considerado y, me atrevo a decir, estimado por todos. El Dictador Supremo, desde que entré en la República hasta el 12 de mayo de 1829, me había concedido la mayor libertad, y los jefes del departamento donde vivía me trataban con amabilidad. Y como todo tiene un final, el dictador decidió, por fin, que me fuera del Paraguay, y lo hizo de la manera más generosa. Así que soy libre y espero abrazar pronto a todos los amigos que me recuerdan […].

Durante mi estadía en Paraguay pensé en el mundo entero y, sin mapa, viajé mucho durante nueve años consecutivos. No hablaba ni una palabra de francés, espero disculpe mi dicción y los errores que haya podido cometer en mi carta. Adiós, mi querido señor Roguin, estoy encantado de volver a verle y me apresuro a hacer mi trabajo aquí. Su compatriota y sincero amigo, Aimé Bonpland».

Paraguay, Asunción, Archives diplomatiques, Quai d’Orsay, Paris, Francia.