El organismo ha publicado este martes su último Informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, en el que revisa las proyecciones de crecimiento que hizo en abril pasado, y mejora las de Latinoamérica en medio punto, hasta ese 3,5% (3 décimas más que el mundo en su conjunto), aunque rebaja en tres décimas el del año que viene, hasta el 1,7%.
“Tenemos una región a la que le ha ido bastante bien”, apuntó en una rueda de prensa el director de investigación del FMI, Pierre Olivier Gourinchas”, quien destacó el hecho de que algunos países —entre ellos, Brasil— “han endurecido la política monetaria mucho antes que las economías avanzadas”.
“Estaban a la vanguardia, y algunos de ellos también se vieron respaldados por los altos precios de la energía y las materias primas, que hicieron de amortiguación”, añadió.
Así, señala el informe, el mejor resultado de este año será posible gracias a los precios favorables de las materias primas, las aún buenas condiciones de financiación externa y la normalización de actividades en “sectores de contacto intensivo”, como la hostelería y la alimentación, que en su momento fueron los más afectados por la pandemia.
Sin embargo, se espera que el crecimiento en la región se desacelere a finales de este año y en 2023, a medida que se debilite el crecimiento de los países socios, se endurezcan las condiciones financieras y se debiliten los precios de las materias primas.
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Así, la economía en Latinoamérica y el Caribe crecerá de media solo el 1,7% en 2023, la mitad de lo esperado para el presente ejercicio y muy lejos del 6,9% alcanzado en 2021.
Y es que el FMI dibuja un panorama sombrío para los principales socios comerciales de la región: Estados Unidos, China y Europa. Así, rebaja las previsiones de crecimiento del país norteamericano siete décimas hasta el 1,6% y mantiene el dato del que viene en el 1%.
China crecerá menos de lo esperado, el 3,2% este año —cifra que supone una fuerte desaceleración respecto al 8,1% alcanzado en el 2021— y el 4,4% en el 2023.
La zona euro, por su parte, crecerá el 3,1% en 2022 (medio punto más que lo previsto en julio), pero se desplomará hasta el 0,5% el año próximo (siete décimas menos que lo estimado anteriormente).
De las dos principales economías de Latinoamérica y el Caribe, México y Brasil, el país norteamericano crecerá el 2,1% este año (tres décimas menos que lo estimado en julio pasado) y el 1,2% el año próximo, un porcentaje que no ha variado.
En cuanto a Brasil, crecerá el 2,8% este año, 1,1 puntos más que lo estimado en julio, mientras que en 2023 ralentizará su crecimiento hasta el 1% (una décima menos de lo previsto anteriormente).
LA INFLACIÓN CONTINÚA DESBOCADA
El organismo dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva ofrece en su informe también datos de perspectivas de inflación y estima que en Latinoamérica y el Caribe los precios subirán este año un 14,1% de media.
En el 2023 la vida seguirá encareciéndose en la región el 11,4% y en cinco años, en 2027, se espera que el principal indicador de los precios se sitúe en el 5,7%.
Estas estimaciones, precisa el FMI, incluyen desde el año 2017 a Argentina, pero no a Venezuela, dos de los países con los precios más volátiles de la región.
La directora adjunta del Departamento de Investigación del Fondo, Petya Koeva, apuntó en la rueda de prensa que Latinoamérica es precisamente una región que está “muy expuesta a la evolución de los precios de los productos básicos”, cuya economía es muy dependiente de la demanda externa, de las remesas y del turismo.