ÚLTIMA HORA
en Buenos Aires
ANDRÉS COLMÁN
TEXTOS
RENÉ GONZÁLEZ
FOTOS
–¿Hola...? ¡Marisa habla!
–Hola... te llamo por el aviso.
–¡Sí, papito...! ¡Cuando vos quieras, mi amor!
–¿Cómo es el tema...?
–Y como a vos te guste. Yo me puedo ir junto a vos, si tenés lugar, o nos encontramos en algún sitio para entrar juntos a un telo (albergue transitorio o reservado). En ese caso, además de mi tarifa, tenés que pagar el telo.
–¿Cuánto es tu tarifa?
–Veinte pesos por una hora.
–¿Y qué me hacés en esa una hora?
–¡Te hago delirar...! Pero no me banco nada anormal, ¿eh? Látigos, golpes y esas cosas, ¿no?
–¡No, tranqui...! ¿En serio, sos paraguaya?
–¡Claro...! ¿Vos también, verdad? Por tu forma de hablar.
–Sí, por supuesto.
–¿Vivís en Buenos Aires, o estás de paso?
–Estoy de paso. ¿Y vos, Marisa, hace cuánto que estás acá? ¿De dónde sos?
–Vine de Encarnación, cerca de un año ya, nda vy’aveima hína (ya no estoy contenta). ¿Y, entonces, cómo quedamos...?
–No sé. No te conozco físicamente. ¿Cómo sos? ¿Cuántos años tenés?
–Tengo 21, soy morochita, linda, ¡juky! Tengo buenas tetas, cola pulposa... ¡No te vas a arrepentir!
–¡Ah, qué bien! ¿Y hay otras paraguayas trabajando contigo?
–Hetaitereí oi (hay muchísimas).
–¿Hace mucho que te dedicás a esto?
–No, yo tengo mi trabajo, pero en esto se gana más. ¿Ha hupéi? ¿Ja japota pio? (¿Y después? ¿Lo vamos a hacer?)
–Dejame pensar dónde puede ser, y te vuelvo a llamar.
–Bueno, pero anike nde bola ti (no seas mentiroso).
–Ok, hablamos. Chau.
* * *
La breve conversación mantenida por el periodista de Última Hora con una de las “paraguayitas ardientes” que anuncian sus servicios de compañía sexual en el conocido “rubro 59" del suplemento de avisos clasificados del diario Clarín, de Buenos Aires, es revelador.
Desde hace algunos años, el rubro de las mujeres paraguayas dedicadas a la prostitución ha ido creciendo entre las ofertas de servicio sexual que se publicitan en la prensa bonaerense, según señala la propia ministra encargada de negocios de la Embajada paraguaya, Mirian Segovia.
“Es un problema social que nos preocupa, y en el que tratamos de intervenir según nuestras posibilidades. Hay casos de mujeres compatriotas que vienen engañadas, con la promesa de un buen empleo, y son forzadas a ejercer la prostitución, como también hay mujeres que ya vienen dispuestas a dedicarse a esta actividad”, explicó la ministra Segovia, como parte de una amplia entrevista, cuyos detalles incluiremos en próximas entregas.
Tanto la Embajada como el Consulado paraguayo tuvieron que asistir a diversas mujeres paraguayas, muchas de ellas menores de edad, rescatadas por la Justicia argentina de situaciones de secuestro y explotación sexual en prostíbulos y centros nocturnos de Buenos Aires, La Plata, San Martín, Chascomús, Bahía Blanca, Rosario, Mar del Plata, Pergamino y otras localidades.
“Hoy las paraguayitas ardientes ya son las más solicitadas en el ambiente, como antes eran las polacas, las suecas o las brasileñas”, describe Jorge P., un conocido “cafisho” o proxeneta que opera en la zona del barrio Constitución, donde están ubicadas las principales discotecas de cachaca y polca, y que atraen masivamente a los miembros de la colectividad paraguaya.