Familiares de las dos Coreas se reencontraron ayer tras casi siete décadas separados por la guerra, en la primera ronda de encuentros de este tipo organizada desde 2015 y que se celebra en medio de un ambiente de reconciliación entre Norte y Sur.
Seúl y Pionyang organizan una nueva ronda de encuentros entre familias que quedaron divididas tras el conflicto civil, mientras quedan cada vez menos coreanos con vida que hayan experimentado en sus carnes el drama de la separación de la península. Un grupo de 89 surcoreanos cruzó ayer la militarizada demarcación entre Norte y Sur con destino a un hotel del monte Kumgang, donde les aguardaban 180 familiares residentes en el país vecino y a los que no habían visto desde hace décadas. Estos reencuentros temporales, que se prolongarán durante 3 días y permitirán a los familiares reunirse durante un total de 11 horas, tienen este año un carácter especialmente emotivo debido a la avanzada edad de los participantes y al actual ambiente de acercamiento entre Norte y Sur. La mayoría de los centenares de surcoreanos que asistirán a los encuentros de esta semana tienen entre 70 y 80 años –el de edad más avanzada es una anciana de 101 años–, según datos del Ministerio de Unificación de Seúl. efe