Las lámparas UV-C se utilizan para matar microbios desde hace tiempo, sobre todo en hospitales y en la industria alimentaria. Es una tecnología en pleno boom en la pandemia.
Pero rayos UV-C, peligrosos para la piel y los ojos, no pueden ser usados en presencia de personas. El metro de Nueva York, siguiendo el ejemplo de los metros en China, será desinfectado parcialmente con luz ultravioleta, pero solo en la madrugada, cuando está cerrado.
FRECUENCIAS. El equipo del Centro para la Investigación Radiológica de Columbia trabaja desde hace años sobre diferentes ultravioletas, denominados “lejanos” (su frecuencia es de 222 nanómetros), para demostrar que son eficaces para matar virus, sin riesgo para la salud, explicó David Brenner, director de esa unidad.
A estas frecuencias los rayos no penetran la superficie de la piel ni del ojo, subrayó. Esto hace que los UV-C puedan usarse en lugares cerrados muy frecuentados, donde la contaminación es muy temida y facilitaría el desconfinamiento.
A fines de abril, el presidente Donald Trump mencionó de modo confuso la idea de introducir luz ultravioleta en el cuerpo para matar el Covid-19, a partir de un estudio de un laboratorio federal sobre la luz natural, que no contiene UV-C.
Al inicio, el equipo de Brenner estudiaba la eficacia de estos UV-C lejanos contra las bacterias resistentes a los medicamentos. Luego, se centró en su uso contra los virus, comenzando por el de la gripe. Hasta que llegó el coronavirus.
Para probar estos rayos con el coronavirus SARS-Cov-2, hubo que transferir sus equipos a un laboratorio más seguro de la universidad.
¿Destructor?
Investigadores están cerca de establecer si estas lámparas destruyen el coronavirus presente en las superficies en minutos. Ahora esperan hacer la demostración con el virus en forma de gotas. Además, realizan test para confirmar si los rayos son inofensivos para la salud, para lo cual emplean ratones de laboratorio. AFP