18 jun. 2025

Labriegos de San Pedro denuncian torturas de policías

Uniformados ingresaron a la comunidad Paraguay Pyahu en busca de campesinos con orden de captura. Pobladores señalan que los uniformados golpearon a hombres y mujeres y amenazaron a los niños.

Por Carlos Marcelo Aquino
GUAYAYBÍ
“El grupo de unos 20 policías llegó a mi casa, asustaron a las criaturas con amenazas y me exigieron a que cuente dónde estaba mi marido. Les dije que no sabía y uno de ellos me empujó, caí con mi hijo que estaba en mi brazo. Cuando me levanté recibí un puñetazo en la cara y me echó mi diente”, dijo entre sollozos Vivian Leguizamón, del asentamiento Paraguay Pyahu.
La comunidad se encuentra en el distrito de Guayaybí, en el departamento de San Pedro.
En la zona, se realiza un operativo policial en busca de labriegos con orden de detención, quienes habían protagonizado una ocupación de las tierras del ganadero Calixto Saguier.
La mujer fue una de las víctimas del operativo que incluso mantiene cerrada una escuela debido a que los niños por miedo dejaron de acudir a clases. “Estamos desesperados, los policías hacen lo que quieren aquí; golpean niños, mujeres y hasta a ancianas. La comunidad se va despoblando a causa de este problema”, indicó Vivian, cuyo esposo Domingo Cabral está en la lista que tiene la Policía.
Los pobladores de las colonias San Ramón y Paraguay Pyajhu, en el mismo distrito, denunciaron el constante mal proceder de la treintena de efectivos policiales que custodian la propiedad de Saguier.

VIOLENCIA. El sábado último otro grupo de informados ingresó al domicilio de Liborio Leguizamón de 60 años, quien se encontraba en compañía de Ángel Amarilla. Ambos fueron reducidos a patadas, esposados y conducidos a la comisaría del lugar sin tener orden de captura en su contra.
Amarilla y Leguizamón contaron las torturas que debieron soportar en la sede de la subcomisaría 18.
“Nos dijeron que si no le contábamos dónde estaba Domingo Cabral nos iban a matar, y mientras nos pateaban por el estómago”, dijeron.
El niño Andrés Argaña de tan solo 9 años también sufrió como consecuencia del proceder policial. Según su relato fue tomado del cuello por los efectivos. “Me apretaron fuerte, me apuntaron con un arma grande y exigieron que les diga dónde estaba mi papá. Me asusté mucho y empecé a llorar y ahí me apretaron más fuerte, entonces les conté y se fueron a detenerlo, pero antes me dieron 2.000 guaraníes para no contar lo que me hicieron”, aseguró el niño.

CONSECUENCIA. La escuela del lugar está cerrada desde la semana pasada. “Nadie viene en ninguno de los dos turnos. Nosotros cumplimos con el horario, pero ninguna criatura asiste porque tienen miedo por los constante disparos y acoso de los efectivos policiales”, señaló la docente Griselda Benítez. En la víspera una comitiva parlamentaria visitó el lugar.