Lunes|13|ABRIL|2009
Que mal le hacen al fútbol jugadores como Marcos Lazaga. Es muy triste ver que en nuestro campeonato profesional se tengan a atletas cuyas actitudes rayan con el vandalismo.
Marcos Lazaga, es sinónimo de escándalo donde esté. En Cerro, donde no pudo arreglar su fichaje, se fue lanzando duros calificativos contra los dirigentes. En Luqueño su paso estuvo marcado por hechos de violencia, donde se tomó a golpes con sus compañeros más veces de las que convirtió un gol.
Ahora, ya en Olimpia venía de una larga suspensión tras ser expulsado en noviembre del año pasado en el clásico ante Cerro. Durante esa inactividad, el jugador se vio envuelto en líos con autoridades policiales por conducir ebrio y otros hechos violentos de su vida personal.
Se pensaba que ahora Marcos Lazaga, que tenía una nueva oportunidad de volver al fútbol, iba a tener otra actitud, pero no. En la primera oportunidad que tuvo ya se tomó con sus compañeros de equipo, al querer a toda costa patear el penal que le cobraron a Olimpia en el partido ante Tacuary.
Lazaga erró el penal y la hinchada comenzó a recriminarle su actitud. Pero, el “show” del delantero no acabó con el pitazo final del encuentro. Cuando se retiraba, volvió a hacer gestos obscenos a la hinchada que lo hostigó al dejar la cancha.
Creo que actitudes como la de Lazaga deben tener sanción, pero no del Tribunal de Justicia de la Asociación Paraguaya de Fútbol, sino desde la misma comisión directiva de Olimpia.
En un país serio, este tipo de jugadores serían castigados por su propio club, en forma pecuniaria o con otro tipo de penas. Creo que la misma dirigencia del Olimpia tiene que tomar cartas en el asunto. Hoy, que se habla de tratar de eliminar la violencia del fútbol, se tendría también que sancionar a este tipo de atletas.
Otros casos como el de César Ramírez, que al finalizar el encuentro entre Cerro y Luqueño realizó gestos obscenos a la hinchada rival, también tienen que tener una sanción desde dentro del club.
En el caso de Lazaga es más grave, ya que el atleta no escarmienta con sanciones severas como la que purgó hace unos días, y entonces se tienen que buscar otros métodos para frenar este tipo de actitudes que en nada favorecen al fútbol.