Alrededor de 600 unidades de sandías provenientes de Mbatoví, Departamento de Paraguarí, obtuvieron las certificaciones del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) que garantizan su calidad e inocuidad. La intención es cerrar con 3.000 frutas aprobadas este año, explicó Leticia Soria, directora de Calidad, Inocuidad y Agricultura Orgánica de la institución.
Años anteriores ya se trabajó con la cebolla y la papa, en tanto que en este año se avanzó con el locote y la sandía. En el último caso, el etiquetado cobra relevancia especialmente porque llega pegado a la fruta hasta el consumidor final, en tanto que los demás rubros llevan los códigos QR en las bolsas y cajas, que se pierden en la venta al por menor.
De esta manera, los compradores tienen la garantía de calidad e inocuidad, pero además pueden acceder a la trazabilidad del producto, es decir, conocer su origen y los parámetros de residuos de plaguicidas, entre otros aspectos.
El objetivo final del proyecto es que los agricultores puedan vender a un precio diferenciado. “Para eso necesitamos que el consumidor reconozca y quiera pagar por ese producto”, agregó Soria sobre el punto.