07 sept. 2025

La música y su papel alentador para los soldados en la Guerra del Chaco

Por Adrián Cáceres

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adrian-caceres@uhora.com.py

La música jugó un papel importante en la Guerra del Chaco (1932-1935). Hoy, que se conmemoran 81 años de la firma de la Paz, reflexionamos sobre este aspecto de la contienda que protagonizaron paraguayos y bolivianos.

“En cuanto a la Guerra del Chaco, tenemos a este genio: Emiliano R. Fernández, quien pudo sintetizar y escribir tantas obras magistrales. Yo no sé si en el mundo habrá otro compositor que, con tanta fuerza y belleza al mismo tiempo, tratara estos temas así”, indica el maestro Luis Szarán.

Por su parte, Mario Rubén Álvarez, escritor y académico de la lengua guaraní, relata que entre las canciones más emblemáticas relacionadas con la contienda chaqueña están “13 Tuyuti”, “Nanawa”, “Reservista purahéi”, “Chaco Boreal”, “Rojas Silva rekávo” y “Che la reina”.

Estas dos últimas composiciones las escribió Emiliano antes de la guerra: la primera luego de que los bolivianos mataran al teniente Adolfo Rojas Silva en el Chaco y con la segunda el poeta se despide de su amada antes de ir al campo de batalla. Como fueron creadas entre los años 1927 y 1928, resultaron proféticas ante lo que iba a suceder.

“El valor de las canciones es movilizador. Esas canciones previas a la guerra misma eran movilizadoras, alentadoras, instaban a ir a defender el Chaco de la invasión boliviana”, declara Álvarez.

“Hay una canción muy linda, “Reténpe pyhare”, donde Emiliano conversa con el viento y le cuenta lo que va pasando. Habla de la situación del frente mismo, él le dice: ‘Ve a darle un beso a mi novia, un beso a mi madre’, y le pide que comente a la gente lo que estaban pasando en el Chaco”, refiere Álvarez.

A su vez, Szarán destaca que la música “siempre cumplió un papel importante” en la historia de la humanidad; por ende, en los actos bélicos, alentando a los combatientes.

NOMBRES ILUSTRES. Entre otros autores épicos podemos citar a Enrique Gayoso, Julián Alarcón, Herminio Giménez, Santiago Cortesi, Julián Rejala, Matías Núñez González, Roque Centurión Miranda, José L. Melgarejo y los hermanos Larramendia.

MOMENTOS DE PAZ. Mario Rubén Álvarez relata además que cuando el músico Herminio Giménez fue descubierto en el frente por el comandante José Félix Estigarribia, el jefe militar le preguntó qué hacía ahí, indicándole que debía pelear de otro modo.

“Estigarribia le ordena formar la Orquesta Comanchaco, tocaban para los actos oficiales. También había grupos de músicos que iban a las trincheras a tocar para los soldados”, relata Álvarez.

Asimismo, Szarán recuerda que tuvo muchas conversaciones con Giménez. “Él me contaba que ellos estaban en el frente con la música, alentando a los soldados paraguayos, pero a veces, cuando había tregua, desde el otro lado los bolivianos le pedían: ‘Paraguayos, toquen una música boliviana, una para nosotros’. Más de una vez tocaron por solidaridad, complaciendo el pedido de los bolivianos. Es una linda historia, realmente muy conmovedora”, relata el maestro.

Álvarez apunta que aquellas canciones son hoy como crónicas de batalla y ahí radica otro de sus valores. Indica que temas como “13 Tuyuti” o “Nanawa de gloria” buscaban alentar a los soldados combatientes, porque se entonaban en la trinchera, en las pausas de las batallas.

“El canto épico, la poesía épica, por un lado tiene ese objetivo: alentar a la gente a defender su patria; y por otro lado, animar a seguir peleando en el frente de batalla sin desmayar”, concluye Álvarez.