“Considero que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a EEUU”, afirmó la jueza Vanessa Baraitser en Londres. Y aceptó que “la salud mental del señor Assange se deterioraría motivándolo a cometer suicidio llevado por la ‘determinación obsesiva’ de su trastorno de espectro autista”.
Estados Unidos puede recurrir esta decisión y anunció que así lo hará: “Estamos extremadamente decepcionados” y “continuaremos buscando la extradición del señor Assange”, afirmó el Departamento de Justicia en Washington.
La defensa de Assange pedirá su libertad bajo fianza en una visita el miércoles.
Hasta entonces, el australiano, de 49 años, que lleva veinte meses recluido en la cárcel londinense de Belmarsh desde su espectacular detención en abril del 2019 en la Embajada de Ecuador en el Reino Unido –donde vivió refugiado siete años–, permanecerá detenido.
Después, podría tal vez instalarse en México, cuyo presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que le ofrecerá asilo político.
“Hoy marca una victoria para Julian. La victoria de hoy es un primer paso para obtener justicia en este caso”, afirmó tras la visita la abogada sudafricana Stella Morris, compañera sentimental de Assange con quien tiene dos hijos.
Assange y WikiLeaks se hicieron famosos en 2010 a raíz de la publicación de unos 700.000 documentos militares y diplomáticos confidenciales que pusieron a EEUU en más de un aprieto. Entre ellos figuraba un video en que se veía cómo helicópteros de combate estadounidenses disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia Reuters. AFP